Mientras Scioli y Massa dilatan sus tiempos, en Buenos Aires se abre la ventanilla de Cariglino.
sobre Informe de Consultora Oximoron
Redacción final Carolina Mantegari
especial para JorgeAsísDigital
Redacción final Carolina Mantegari
especial para JorgeAsísDigital
“Por esperar a Reutemann ya perdimos quince años”, confirma la Garganta. Dedicada expresamente al armado obsesivo del polo opositor.
“Ahora no podemos perdernos diez años más, para esperarlo a Scioli”.
“Ahora no podemos perdernos diez años más, para esperarlo a Scioli”.
El Líder de la Línea Aire y Sol, Daniel Scioli, samurai 1, y Sergio Massa, La Rata de Tigre, son las “figuritas difíciles” de Buenos Aires, la provincia inviable.
“Olvidate, ellos con nosotros no van a jugar”, confirma otra Garganta. También entusiasmada con ponerle el punto final al cristinismo.
El territorio numéricamente sustancial ofrece, para 2013, el escenario para “La gran batalla”. Otra vez.
En la complejidad del “conurbano”, se concentra la perspectiva de permanencia de Nuestra César.
Se perciben, como razonablemente perdidos para el oficialismo, los distritos fundamentales de Córdoba, Santa Fe, Mendoza. Y el Artificio Autónomo de la Capital.
Para Consultora Oximoron, sin el triunfo aplastante en Buenos Aires, el oficialismo contiene un futuro de anécdota. La instancia de la extinción, entre los desgajamientos internos y las Comisiones Investigadoras.
Pese a la gestación presupuestaria de la “Fuerza Nacional de Incondicionales” (cliquear), y a la doméstica temeridad que genera La (Agencia de Colocaciones) Cámpora, Nuestra César no puede permitirse la inocencia de dejar afuera a ninguna de las dos figuritas difíciles. A las que, en el fondo (y hasta en la periferia), desprecia.
En la complejidad del “conurbano”, se concentra la perspectiva de permanencia de Nuestra César.
Se perciben, como razonablemente perdidos para el oficialismo, los distritos fundamentales de Córdoba, Santa Fe, Mendoza. Y el Artificio Autónomo de la Capital.
Para Consultora Oximoron, sin el triunfo aplastante en Buenos Aires, el oficialismo contiene un futuro de anécdota. La instancia de la extinción, entre los desgajamientos internos y las Comisiones Investigadoras.
Pese a la gestación presupuestaria de la “Fuerza Nacional de Incondicionales” (cliquear), y a la doméstica temeridad que genera La (Agencia de Colocaciones) Cámpora, Nuestra César no puede permitirse la inocencia de dejar afuera a ninguna de las dos figuritas difíciles. A las que, en el fondo (y hasta en la periferia), desprecia.
Como le dijo Massa a Scioli, tres meses atrás, en Villa La Ñata:
“No nos quieren, Daniel, ni a vos ni a mí, resignate”.
“No nos quieren, Daniel, ni a vos ni a mí, resignate”.
De todos modos, el sentimiento del desprecio no basta para expulsarlos del ámbito oficial. Scioli acompaña la patología kirchnerista desde 2003. Como vicepresidente y gobernador. Massa llegó a ser Premier, después de Alberto y antes de Aníbal.
Aparte, mantener enfrente a las “figuritas difíciles”, para Nuestra César sería no sólo un suicidio. También un error.
Aunque ambas figuras, dos celebridades que tanto se parecen, encaren, separadamente, sin escalas, hacia la presidencia. El bastón que Nuestra César no quiere soltar.
Aparte, mantener enfrente a las “figuritas difíciles”, para Nuestra César sería no sólo un suicidio. También un error.
Aunque ambas figuras, dos celebridades que tanto se parecen, encaren, separadamente, sin escalas, hacia la presidencia. El bastón que Nuestra César no quiere soltar.
Dilema para oficialistas y resistentes
En la evaluación de Oximoron, Massa y Scioli representan, individualmente y en conjunto, un verdadero dilema para el oficialismo, que los detesta.
Pero también representan un dilema similar para los opositores internos del peronismo. Porque inmoviliza a los que optan por La Resistencia. Y pretenden armar alguna comparsa compacta. Aunque no pueden contar con las dos luminarias del distrito. Mantienen, aún, ostensibles esperanzas.
Que Scioli, por ejemplo, rompa.
Es una ilusión. Aire y Sol nunca -para Consultora Oximoron- va a romper (tampoco jamás va a renunciar).
O que Massa, sin ir más lejos, se aleje más, y decida recibirse de Jefe. A los 40 años. Para disponerse a enfrentar a quienes no lo quieren.
Pero los resistentes sospechan que Massa, al contrario, se propone representarla.
Pero también representan un dilema similar para los opositores internos del peronismo. Porque inmoviliza a los que optan por La Resistencia. Y pretenden armar alguna comparsa compacta. Aunque no pueden contar con las dos luminarias del distrito. Mantienen, aún, ostensibles esperanzas.
Que Scioli, por ejemplo, rompa.
Es una ilusión. Aire y Sol nunca -para Consultora Oximoron- va a romper (tampoco jamás va a renunciar).
O que Massa, sin ir más lejos, se aleje más, y decida recibirse de Jefe. A los 40 años. Para disponerse a enfrentar a quienes no lo quieren.
Pero los resistentes sospechan que Massa, al contrario, se propone representarla.
“No se puede jugar con aquel que no se sabe adónde está. Ni para dónde, en el fondo, patea”, confirma otra Garganta. De “La Tercera”.
Es un dirigente sin dirigidos que los comprende a Scioli y a Massa. Y también los admira. Por incombustibles.
“Está en juego la sucesión y se encuentran en la primera fila. ¿Qué ganan con venirse ahora con nosotros?”.
Nada.
Aparte, conjetura. “Si a Cristina no se le da la reelección, que es lo más probable, no tendrán otra alternativa que recurrir a alguno de los dos”.
Es lo que legitima la pausa. El retroceso de la ofensiva sobre Scioli, que sólo sirvió para marcarle la cancha a Cristina. Y ponerlo, en adelante, en Baño María.
Los cristinistas hoy son, aunque no lo asuman, Scioli-dependientes.
Porque Scioli es el puerto que los espera. De ningún modo el enemigo.
Es un dirigente sin dirigidos que los comprende a Scioli y a Massa. Y también los admira. Por incombustibles.
“Está en juego la sucesión y se encuentran en la primera fila. ¿Qué ganan con venirse ahora con nosotros?”.
Nada.
Aparte, conjetura. “Si a Cristina no se le da la reelección, que es lo más probable, no tendrán otra alternativa que recurrir a alguno de los dos”.
Es lo que legitima la pausa. El retroceso de la ofensiva sobre Scioli, que sólo sirvió para marcarle la cancha a Cristina. Y ponerlo, en adelante, en Baño María.
Los cristinistas hoy son, aunque no lo asuman, Scioli-dependientes.
Porque Scioli es el puerto que los espera. De ningún modo el enemigo.
Alicia y Gabriela
En el entrecruzamiento de los seductores, en el espinel, Nuestra César coquetea con el lanzamiento -insuficiente y furtivo- de Alicia Kirchner.
“Si en el 2009 perdieron en Buenos Aires con el Kirchner original, no se puede entusiasmar a nadie con presentarnos una fotocopia”.
Lo confirma un peronista guaso. De arrabal. De “La Primera”.
“Si en el 2009 perdieron en Buenos Aires con el Kirchner original, no se puede entusiasmar a nadie con presentarnos una fotocopia”.
Lo confirma un peronista guaso. De arrabal. De “La Primera”.
Mientras tanto, las huestes recatadas del macricaputismo florean, en el mismo espinel de la seducción, con Gabriela Michetti.
Es la dama que no quiere saber nada con pescar votantes por allí.
Para desventura de los macricaputistas espirituales, aún Gabriela no se encuentra convencida de cruzar, ni de lejos, el puente político que separa, artificialmente, la provincia (inviable) del Artificio Autónomo.
Es la dama que no quiere saber nada con pescar votantes por allí.
Para desventura de los macricaputistas espirituales, aún Gabriela no se encuentra convencida de cruzar, ni de lejos, el puente político que separa, artificialmente, la provincia (inviable) del Artificio Autónomo.
La ventanilla de Jesús
Los resistentes que se deciden por el enfrentamiento, se encuentran contenidos, de pronto, por la ventanilla de Jesús.
Se trata de Jesús Cariglino, que los recibe.
Es el mini-gobernador de Malvinas Argentinas. El único dirigente con alguna presencia territorial que se dispone a “armar”. Y que “las pone”.
Como “las puso” cuando tuvo el arrojo de enfrentar al cristinismo en 2011. Para apoyar la causa perdida de Duhalde, El Piloto de Tormentas (generadas). Y logró retener, por si fuera poco, la conducción del distrito.
La osadía imperdonable de Jesús ya anticipaba los próximos castigos. Pero la rebeldía le granjeó un cierto prestigio entre los peronistas de La Resistencia, que lo valoran. Al extremo de empezar a verlo como un Jefe. Por lo tanto se asiste al desfile inagotable por Los Polvorines. Sacan turno para verlo. Asomarse en la ventanilla.
“Jesús mostró que se la banca”, invocan.
Se desgastan en reconocimientos que comparten, incluso, hasta las “figuritas difíciles”.
“Siento un gran cariño por Jesús”, suele decir Massa. “Admiro su política de Salud”.
“Jesús es un Menem sin encanto”, confirma otra Garganta, con tierna crueldad. De “La Primera”.
Lo considera a Cariglino un buen boceto. Aunque “aún le falta”. Sobre todo debe esmerarse “en trabajar” el lado mediático.
“Da mal, Jesús, sirve para quienes lo conocemos”.
Pero ocurre que Jesús tiene un nutrido capital en desconocimiento. Y desde Cafiero (1987) en adelante, los gobernadores de Buenos Aires tuvieron siempre una alta aceptación mediática.
Fue la moda de los vicepresidentes. Duhalde, 91-99. Ruckauf, 99-2001. La excepción Solá, 2001-2007. Y desde entonces, Scioli.
“No se puede gobernar Buenos Aires sin un previo conocimiento nacional”, define el experimentado. Pero sin votos. De “La Octava”.
Se trata de Jesús Cariglino, que los recibe.
Es el mini-gobernador de Malvinas Argentinas. El único dirigente con alguna presencia territorial que se dispone a “armar”. Y que “las pone”.
Como “las puso” cuando tuvo el arrojo de enfrentar al cristinismo en 2011. Para apoyar la causa perdida de Duhalde, El Piloto de Tormentas (generadas). Y logró retener, por si fuera poco, la conducción del distrito.
La osadía imperdonable de Jesús ya anticipaba los próximos castigos. Pero la rebeldía le granjeó un cierto prestigio entre los peronistas de La Resistencia, que lo valoran. Al extremo de empezar a verlo como un Jefe. Por lo tanto se asiste al desfile inagotable por Los Polvorines. Sacan turno para verlo. Asomarse en la ventanilla.
“Jesús mostró que se la banca”, invocan.
Se desgastan en reconocimientos que comparten, incluso, hasta las “figuritas difíciles”.
“Siento un gran cariño por Jesús”, suele decir Massa. “Admiro su política de Salud”.
“Jesús es un Menem sin encanto”, confirma otra Garganta, con tierna crueldad. De “La Primera”.
Lo considera a Cariglino un buen boceto. Aunque “aún le falta”. Sobre todo debe esmerarse “en trabajar” el lado mediático.
“Da mal, Jesús, sirve para quienes lo conocemos”.
Pero ocurre que Jesús tiene un nutrido capital en desconocimiento. Y desde Cafiero (1987) en adelante, los gobernadores de Buenos Aires tuvieron siempre una alta aceptación mediática.
Fue la moda de los vicepresidentes. Duhalde, 91-99. Ruckauf, 99-2001. La excepción Solá, 2001-2007. Y desde entonces, Scioli.
“No se puede gobernar Buenos Aires sin un previo conocimiento nacional”, define el experimentado. Pero sin votos. De “La Octava”.
Mariotto, el promotor de Cariglino
Por efecto comparativo, el vicegobernador Gabriel Mariotto, El Calabró de Llavallol, supo consolidar, junto a Amado Boudou, El Descuidista, la revalorización de Cleto Cobos. Ver“Cleto vuelve” (cliquear).
Ahora, en la precipitada torpeza de su argumentación precoz, Mariotto vuelve a destacarse. Como el inesperado promotor de Jesús.
Al responsabilizarlo, irresponsablemente, por el crimen del enfermero Navarro.
Consecuencia, según nuestras fuentes, del delito vulgar. Y al boleo. Hay presos, no dibujados.
Sin embargo Mariotto, para quedar bien con Nuestra César, decidió cargarse un adversario de raíz. Prefirió presentarlo como un asesinato político.
El juicio penal y comercial, que le espera a Mariotto, resulta menos cruel, en todo caso, que el incendio político.
Ahora, en la precipitada torpeza de su argumentación precoz, Mariotto vuelve a destacarse. Como el inesperado promotor de Jesús.
Al responsabilizarlo, irresponsablemente, por el crimen del enfermero Navarro.
Consecuencia, según nuestras fuentes, del delito vulgar. Y al boleo. Hay presos, no dibujados.
Sin embargo Mariotto, para quedar bien con Nuestra César, decidió cargarse un adversario de raíz. Prefirió presentarlo como un asesinato político.
El juicio penal y comercial, que le espera a Mariotto, resulta menos cruel, en todo caso, que el incendio político.
El desventurado enfermero se desempeñaba en uno de los hospitales de alta complejidad que fue redituablemente inaugurado por Nuestra César. Cuando Cariglino era exhibido, casi orgullosamente, por televisión, como el ejemplo del mini-gobernador hacedor y eficaz.
Fue antes de recibirse, aceleradamente, de mafioso.
Por haberse apartado del tropel convenientemente cristinista.
Por abrir una ventanilla que atiende el día entero. Sin la protectora bolilla negra, Jesús se dispone a sumar.
Llegan entonces los resistentes que quieren mojar la medialuna. De la “Primera y Tercera”. Hay medialunas enarboladas que proceden de todas las secciones electorales de la provincia inviable. Proceden, también, del Artificio de la Capital. O se lanzan desde Córdoba, Misiones, Santa Cruz, Santa Fe.
Pero se acercan también, hacia la ventanilla de Los Polvorines, los gremialistas fastidiados. Los empresarios hartos del maltrato, que “quieren ayudar”. Como los aventureros entrañables que buscan prenderse, con lícito derecho, sin dar examen, en La Compañía de Jesús.
Fue antes de recibirse, aceleradamente, de mafioso.
Por haberse apartado del tropel convenientemente cristinista.
Por abrir una ventanilla que atiende el día entero. Sin la protectora bolilla negra, Jesús se dispone a sumar.
Llegan entonces los resistentes que quieren mojar la medialuna. De la “Primera y Tercera”. Hay medialunas enarboladas que proceden de todas las secciones electorales de la provincia inviable. Proceden, también, del Artificio de la Capital. O se lanzan desde Córdoba, Misiones, Santa Cruz, Santa Fe.
Pero se acercan también, hacia la ventanilla de Los Polvorines, los gremialistas fastidiados. Los empresarios hartos del maltrato, que “quieren ayudar”. Como los aventureros entrañables que buscan prenderse, con lícito derecho, sin dar examen, en La Compañía de Jesús.