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martes, 12 de febrero de 2013

ZANNINI GOBIERNA/ CRISTINA TWITEA

Después del Carnaval (I)
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Sobre el Método Putin y
el sinceramiento del poder real


Informe de Consultora Oximoron
Redacción Final Carolina Mantegari especial para JorgeAsísMuletto y JorgeAsísDigital
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Introducción

Putinización y democracias descompensadas

El Portal trató el recurso de “la putinización” hace alrededor de un lustro. Hoy se encuentra bastante manoseado.
Lo trata, incluso, cualquier miembro de directorio perteneciente a La (Agencia de Colocaciones) Cámpora.

Trátase de la orga estructurada, que los distraídos habituales suponen que conduce Máximo Kirchner.
Pero en en realidad La Cámpora converge -como la casi totalidad del sector activo del gobierno- en Carlos Zannini, El Ñoño.
Trátase del encargado de hacerle el shampoo interior, el lavaje diario a Nuestra César. 


Al cierre del presente informe -“Después del Carnaval”- que prologamos, la fiebre de la “putinización” sacude hasta la abulia mecánica de los grandes medios.
Medios tomados, casi absorbidos, inutilizados –para Consultora Oximoron- en sus trifulcas generalmente personales.
Desviación que atenta contra el ejercicio del periodismo (que maltratan).
Banalizan (al periodismo) a los efectos exclusivos del combate empresarial.



Los grandes medios, como Clarín -en menor medida La Nación, y Perfil, allá, donde se juntan las paralelas- ingresaron, sin alternativas, en el juego compulsivo que les impuso el gobierno.
Al privilegiarlos, arbitrariamente, con el estandarte del enemigo principal.
Contagioso método que, llamativamente, supo también imponer Vladimir Putin. Y que adoptó después un autoritario menor como Viktor Horvan, en Hungría, exponente del desconcierto de la Europa que reclama ya el propio informe.
Y en el subcontinente americano, tan desigual como pintoresco, el método Putin (de designar como enemigo a los medios de comunicación “independientes”) fue adoptado por los populistas precarios que presiden las actuales “democracias descompensadas”.
Como Rafael Correa en Ecuador, Orteguita en Nicaragua, Evo Morales en Bolivia, el agonizante Chávez en Venezuela, y aquí Cristina Fernández, Nuestra César.
Esperar el próximo informe sobre las “Democracias descompensadas”. Ampliaremos.

                              
                            Oberdán Rocamora
                                  Encargado de Negocios de
                           Consultora Oximoron
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ZANNINI GOBIERNA
CRISTINA TWITEA


Con la re/reelección (jurídica y políticamente imposibilitada) o lo más probable sin ella, lo que puede asegurarse es que el cristinismo no concibe el abandono del poder.
Transcurren días de conjeturas lícitas y martingalas no necesariamente delirantes.


El Método Putin, lanzado por el Portal hace cuatro años, (http://www.jorgeasisdigital.com/2008/06/02/la-putinizacion/#more-293) comienza a ser tardíamente tomado en cuenta por los avispados del tercer tiempo. Profesionales en el arte de demorarse. 
En trazo grueso, el Método Putin consiste en encontrar un conveniente Vladimir Medveyev. A los efectos de delegarle el cargo de presidente. Como si se tratara de un empleo vulgarmente calificado. Para designar como Premier, o Primer Ministro, al poderoso de verdad, que en Rusia fue Vladimir Putin.
Para ausentarse nominalmente durante un mandato. Y volver como presidente, con otros dos mandatos en el bolso. Y así sucesivamente. Hasta la eternidad.

Intrascendencia del Jefe de Gabinete

Aquí Putin sería Nuestra César. Aunque la función específica debería sobrevalorarse. Ya que equivale a la intrascendencia de ser Jefe de Gabinete. 


Es un puesto deslucido que mantuvo algunos inquilinos relativamente memorables.
Como Alberto Fernández, El Poeta Impopular, que suele distribuir su estremecedora melancolía por los canales de cable.
O Sergio Massa, La Rata del Tigre, que sigue con las tradicionales vueltas a la rotonda, sin decidirse aún por disputar la gobernación o la presidencia, ir como dipuitado en 2013, o quedarse, lo más sensato, en Tigre.
(Ver pronto “Medialunas del massismo”).

Hoy el cargo de Jefe de Gabinete derivó en la función literalmente subalterna que cumple Juan Manuel Abal Medina, El Abalito.



Secretario personal, aunque inflado. Abal Medina es uno de los vértices elementales que, como Axel Kicillof y el espía Icazuriaga, se reporta diariamente a Carlos Zannini, El Ñoño o El Chino.
Trátase del sigilosamente opaco Secretario Legal y Técnico, paladín del antiperonismo que no les cumple nada a los peronistas. Ideólogo de la Revolución Imaginaria. Verdadero conductor de La (Agencia de Colocaciones) Cámpora.
Para Consultora Oximoron, Zannini es quien administrativamente manda, el que decide de verdad los pasos altivos de Nuestra César. A quien recibe y a quien no.
Al extremo de extenderse la sentencia enojosa que sin embargo hasta hoy no trascendió.
Indica la consigna efectista que le brinda el título a la primera parte del despacho:


“Zannini Gobierna/
Cristina twitea”.

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Carolina Mantegari
              Redacción final. Informe Oximoron
                                                      permitida la reproducción sin citación de fuente