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viernes, 14 de marzo de 2014

SEIS POR LA BANDA


El turno engañoso del “no peronismo” (I)
Binner, Sanz, Cobos,
Macri, Scioli y Massa

escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial
para JorgeAsísDigital 



                “A Macri no hay que subirle tanto el precio” confirma la Garganta radical, adherida al conglomerado de UNEN.
                 A su criterio, bastante predominante, lo que conviene es lanzar pronto al ruedo la propia fuerza. Y recién más adelante avanzar para el cierre de una negociación con Mauricio Macri, El Niño Cincuentón, máximo referente del macricaputismo superador.
                 Cerrar antes, anunciar la componenda ya, significa, según la versión, cotizarlo más alto a Macri en el mercado.
                 Por lo tanto Macri valdría menos si se lo acerca sólo después del bautismo de la flamante fuerza opositora. Acerca otra vez a la tradicional Unión Cívica Radical, presente en cada pueblo, junto al Partido Socialista que es fuerte, en especial, en Santa Fe, y poco más que un apreciable sello de goma en otros distritos.
                  A ambos partidos se le suman las mutuales voluntaristas de la medialuna enarbolada. Como Libres del Sur, que mantiene, como cabeza de elenco, a Humberto Tumini, El Pelado Venerable, y a la señora Donda, La Reina Victoria. Y también a la mutual testimonial que conduce la señora Margarita Stolbizer, La Buena Vecina de su Casa..
                La nueva estructura se dedicará a pregonar, a través de los canales de cable, sobre la desconcertante verdad relativa al turno (engañoso) que se viene. El del “no peronismo”. 
                Aquí deben rescatarse dos figuras gravitantes de los “Seis por la Banda”. Con perspectivas reales. Son apellidos que brotan en cualquier sobremesa.
                El de Binner, don Hermes, el John Wayne de El Hombre Quieto, y el de Sanz, El Ernesto que Quiere ser Samuraís.  Es la Esperanza blanca del radicalismo que controla el admirable esqueleto nacional pletórico de odontólogos y psicopedagogas. Pero que tiene que competir, de manera inorgánica, con su coterráneo de Mendoza. Oscar Cobos, El Cleto. Hasta hoy, sin el arrastre de Cobos. Es el radical detestado por los radicales “nyc”. Los “nacidos y criados” en el interior cultural del partido centenario.
                A Cobos los radicales no lo quieren por haberse aliado en 2007, en su carácter de Radical Kash, con la Concertación que Néstor Kirchner, El Furia, programaba idílicamente. Para ponerlo como estampilla vicepresidencial de La Doctora.
                El Furia optó por Cobos por una honda razón profunda que explica el comportamiento estratégico del personaje. Porque, como gobernador en Mendoza, Cobos no tenía reelección. Se quedaba sin trabajo y entonces se imponía como el acompañante ideal de La Doctora.
               Durante las noches posteriores al histórico debate, que derivó en el voto “No Positivo” de la madrugada, La Doctora, sin gran dulzura, se lo iba a reprochar siempre a su marido. Antes de darse vuelta y de apagar la luz. Cuando le decía: “Flor de clavo me encajaste como vice vos”.
                En 2011, en cambio, ya sin El Furia, La Doctora iba a seleccionar sola su propio clavo. Bajo su arbitraria irresponsabilidad. Amado Boudou, El Descuidista.

            

              “Gente” y dirigentes
               Desde aquella madrugada invernal de julio de 2008, al desprecio de los radicales “nyc”, Cobos iba a anexar el odio febril de los kirchneristas. En adelante se hacían colas para basurearlo. 
               Sin embargo, en simultáneo Cobos iba a recibir la adhesión emocional de un sector considerable de la sociedad. Le reprodujo el arrastre popular que –mal que mal- aún mantiene. En estado de expectativa. Sobre todo a partir del triunfo legislativo de 2013, en Mendoza, se lo diseña como el candidato natural a la presidencia.
               En cierto modo, en el engendro UNEN, Cobos porta una problemática similar a la de Sergio Massa, Aire y Sol II, entre el peronismo y sus aledaños.
               Cobos se siente “el candidato de la gente”, vaguedad que suplanta a la palabra “pueblo”.
                Pero los dirigentes radicales le desconfían. Lo prefieren a Sanz.
               Algo parecido atraviesa también el titular de la Franja de Massa. Siente Massa que “la gente” lo rodea, lo mima, lo consagra. Pero aunque aún no lo asuma, al comparar, los dirigentes en general lo prefieren a Scioli, Aire y Sol I. Es el “original” que se funde con el “aparato” del PJV (Partido Justicialista Vegetal). Preferido, aunque la fotocopia sea perfecta.

             
                  El precio


               Macri, a quien los radicales pretenden “bajarle el precio”, presenta una aspectación casi equivalente a la de Cobos. Se cruza también con la aspectación de Massa, el principal competidor que le pesca en el mismo río.
                Los radicales de estómago más blindado, y de carnadura más inteligente, no vacilan en aprobar ya un acuerdo con Macri. Aunque sin subirle demasiado el precio.
                La razón más pragmática para legitimar el entendimiento la desplegó, según nuestras fuentes, Enrique Nosiglia, El Coti. Una suerte de Richelieu Domesticado.
                “Es simple” -dicen que dijo Coti- “Porque quiero ganar”.
                 La jugada pro Macri, en UNEN, en el ring sustancial de los medios, es fogoneada especialmente por la señora Elisa Carrió. Es la turbulenta Empresaria en Demoliciones (que no sabe luego qué hacer con los escombros que produce).
                 Carrió suele ser muy crítica del Richelieu Domesticado. Aunque en realidad se destaca por ser una reconocida adversaria interna de Binner.
                 Al respecto, El Hombre Quieto (Binner), cuando se enoja con una colaboradora suele ironizar. Le dice: “Me tratás peor que La Carrió ¿qué te pasa?”.

                Por su alucinación de socialista estructural, Binner se resiste, hasta ahora, a pagar el precio del acuerdo con Macri. Al menos, hasta el cierre del despacho.
                Pero El Hombre Quieto debiera saber que se encuentra inmerso en un juego demasiado sutil. Situado entre chacales elegantes que pretenden desplazarlo, según nuestras fuentes, de la postulación presidencial. Para estampillarlo en la gobernación de Santa Fe, un presupuesto que los mormones del socialismo no pueden perder.
                Con el mismo cuento de no perder, también se planifica la conveniencia de plantarlo a Cobos, en el ring de los medios, como el próximo gobernador de Mendoza.
                Es el único capacitado –esgrimen- para despojarle Mendoza al peronismo. 

                  
                   Caminar

                   Sin embargo Cobos sigue, según nuestras fuentes, la receta categórica del positivista Corach. Saldrá “a caminar”. La totalidad del país.
                  Es la receta que a Massa le sugieren, justamente, que no utilice. Por tratarse de un desgaste innecesario.
                  De poco sirve producir fotografías por los territorios blindados. Ya que presumiblemente las autoridades provinciales van a resolverse antes que en el ámbito nacional.
                  Significa confirmar que primero se van a designar los gobernadores y los mini-gobernadores (para el vulgo intendentes).
                  Cada cual arreglará “la suya”. Sólo después, en todo caso, comienza el otro partido.

  
                  El mérito de ser desconocido



                   La cuestión que hoy son seis los presidenciables que realmente van por la banda.
                   Scioli, Massa, Cobos, Binner, Sanz y Macri.
                   En menor medida se apunta también La Demoledora. Y Sergio Urribarri, El Padre del Marcador de Punta.
                   Los ocho se encuentran en la primera línea (los dos últimos bastante más rezagados). Con la hipocresía lícita de referirse a los indemnes consensos para conformar sublimes políticas de estado. Cuando encaran el objetivo exclusivamente apasionante de conquistar el poder. De colgarse la banda.
                   El último de los considerados –Urribarri- carga con el estigma de ser el candidato del Comisario. O sea de La Doctora. Es el recurso que le queda para evitar que el cristinismo pueda ser heredado por Scioli.
                   Gargantas maliciosas certifican que el verdadero propósito de La Doctora es fragmentar. Para evitar ser sucedida por otro peronista. (Ampliaremos).
                   Por si no bastara, Urribarri cuenta con el mérito atendible de ser un desconocido.  Atributo nada desdeñable entre los conocidos de sobra.
                   Tan conocidos que no ofrecen –casi- posibilidades de sorprender. A nadie.          

                                                  

                                                       Oberdán Rocamora