domingo, 22 de diciembre de 2013

LA REAL POLITIK ES UNA PESTILENCIA

Exitosa culminación del operativo de inteligencia de Ejército.
El general Milani es uno de los 7 Samuráis de diciembre.



Sobre Informe de Consultora Oximoron
Redacción Final de Carolina Mantegari
especial para JorgeAsísDigital


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Introducción 
                                    
                         Convenía Urribarri

                 Capitanich, El Premier cliquear duró poco.
             Al cierre del informe, el protagonismo absoluto de las mañanas no le alcanza para situarse entre los Siete Samuráis de diciembre.
             El efecto político de su designación se diluyó muy pronto. El hombre de hierro al final resultó ser de algodón. Como Platero.
            “Zannini tenía razón, Jefe de Gabinete debió haber sido Urribarri” confirma la Garganta. Por el gobernador de Entre Ríos, El Padre del Marcador. 

              Pero La Doctora lo prefirió al gobernador de Chaco. Decisión personal, ideológicamente orgánica (como la de Amado Boudou, El Descuidista).
             Para contradecir, y aplacar, a Carlos Zannini, El Cenador, que se había creído el cuento patagónico de ser el “presidente en las sombras”.
             El Montenegrino Denso (Capitanich) cayó con las ambiciones del copador que llegaba para barrer. Hasta estrellarse contra el paredón de la realidad.
             Fueron “los diez días que conmovieron el cristinismo”, que hasta parecía haber cambiado. Aunque se encuentra incapacitado de disfrutar sus aciertos.
             A partir del colapso de  Córdoba, Capitanich iba a transformarse en un locutor matinal con iniciativas.
              “Convenía Urribarri, que hubiera hablado menos, pero rendido más” - continúa la Garganta.
             Beneficios involuntarios del perfil bajo.
             La incorporación más sorprendente, entre los samuráis del privilegio, en diciembre, es la del general Cesar Milani.
             Para Oximoron, Milani expresa el más osado operativo de inteligencia del Ejército. Para volver a pesar, después de treinta años de “escarnio”, como diría el pensador Rosendo Fraga.
                                           
                                            
Osiris Alonso D Amomio
                                            Director/ Consultora Oximoron
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LOS 7 SAMURAIS DE DICIEMBRE

           Los Siete Samuráis de diciembre -en el siguiente orden- son.

           1.- Daniel Scioli, Líder de la Línea Aire y Sol. Damnificado exclusivo por el encumbramiento de Capitanich y beneficiario absoluto de su declinación.
           En adelante La Doctora será –según nuestras fuentes- neutral con su figura. Ni lo va a hostigar ni lo va a favorecer.
           Significa aceptar que Scioli mejora, porque hasta hace un mes La Doctora planificaba destruirlo.
           El preciado objetivo para destruir hoy es el Samuráis 2.

            2.- Sergio Massa, la Rata del Tigre, Aire y Sol II. Se le presentan dificultades crecientes para mantenerse en la primera línea que le marcan las encuestas, demasiado tempraneras.
            El titular de la Franja de Massa debe atravesar un espinoso 2014. A los efectos de prepararse para confrontar con el Estado Nacional, o sea con La Doctora, la que ordena destruirlo. Y con el Estado Provincial, de La Inviable Buenos Aires. Aunque con Scioli siempre puede llegar a entenderse. La línea directa está abierta.
 
            3 y 4.- Julio Cobos, El Hijo Radical del Peronista, y Hermes Binner, el John Wayne de El Hombre Quieto son los Samuráis 3 y 4 respectivamente. A tratarse de manera simultánea.
            La mediología -más que la sociedad- prefiere verlos juntos. En el armado del proyecto atrayente que consolide el objetivo de segunda vuelta. Para vencer al peronismo.
             Si es que ambos –Cobos y Binner- alcanzan a entenderse con otros dos pesos relativamente pesados del imaginario radical. Como Ernesto Sanz, La Eterna Esperanza Blanca, y Elisa Carrió, la Empresaria en Demoliciones. Y si es que consiguen los necesarios apoyos radicales para facilitar la reelección del gobernador Antonio Bonfatti, el Yul Briynner de Santa Fe.
           5.- César Milani, El Héroe de las Madres y las Novias. Se trata aparte, en el cierre.
           6.- Cristina, La Doctora. Se lleva el poder para recluirlo, entre las rosas de El Calafate, la Ciudad Koohinor.
           7.- Mauricio Macri, El Niño Cincuentón. Pasa de ser el Samuraís 3 a ser el 7. El caso Macri muestra que la real politik es, sin dudas, una porquería. Una pestilencia.
          
         Real Politik 

           La sentencia alude al acuerdo del juego, transitoriamente obstaculizado por la justicia. 
           Lacera injustamente el prestigio conquistado, como opositor, de Mauricio Macri, la figura clave del macricaputismo.
           Perjudicial como la divulgación del acuerdo es la fantasía que suele apoderarse de los informados.
           Se descuentan como ciertos los acercamientos entre el señor Achaval, del Hipódromo de Palermo -uno de los tantos socios de Cristóbal (como Benedicto y Castellanos)- con Nicolás Caputo, el primordial accionista, doble comando del PRO (expresión institucional del macricaputismo).
            La difusión se suma a la marcada obsesión de La Doctora, que es heredada de Néstor, El Furia. Por disponer “del sueño del Macri propio”.
            Para tenerlo a Mauricio como el contrincante oficial, aunque, de hecho, lo sea. A pesar de la voluntad de La Doctora y de la maledicencia de los instrumentadores. Los que ventilan que decidieron  ayudarlo (a Macri). Resolverle temas los pendientes. Desde las trabas para concluir un camino, o, por ejemplo, resolver la cuestión de la basura. Con la cesión de hectáreas de Campo de Mayo.



                Final con Milani

            Cinco Samuraís, de los siete, concentran las expectativas electorales (Scioli, Massa, Cobos, Binner y Macri).
            Dos conservan el manejo del poder real, para influir (Milani y La Doctora).   
            Debería registrarse también a Zannini, en el banco de suplentes, desde que los malos de Lorenzetti le voltearon La Democratización de La Justicia.
            Y también a Máximo, En el Nombre del Hijo. Por los misteriosos canales del afecto que conducen a la oreja fundamental. 

           “Lo importante es que uno de los nuestros llegó” confirma la Garganta. Militar retirado.
           “Milani logra reivindicaciones y presupuestos para que el Ejército vuelva a pesar” sintetiza. “Es el Jefe que nos hacía falta”.
           Días pasados se le preguntó, a otro retirado, si Milani participó -o no- en los interrogatorios de La Tablada.
           ”Si estuvo fue en cumplimiento de su deber”. Para “hacer lo que se le ordenaba”.
           ¿Como en Tucumán?
            “Donde fuera”.
             La operación de inteligencia fue exitosa y no contiene desperdicios.
             Significa confirmar que la corporación militar aprueba, mayoritariamente, el ascenso de Milani. Lo sienten como a un propio.
             Sólo importa constatar que, por cargos menos relevantes que los que se le reprocharon a Milani, aquí hay centenares de presos. En la mazmorra de Marcos Paz, o en cualquier placebo domiciliario, que mortifica decenas de familias.
             Para ser algo coherentes, si con sus antecedentes Milani puede ser Jefe del Ejército, La Doctora tendría que facilitar libertades.
             Habrá que bancarse, en todo caso, la piadosa disconformidad del crítico Horacio González, El Arltiano.
             También alguna que otra protesta, una gran marcha. Pero la señora Hebe, el emblema lacerado, va a acompañar cualquier medida de La Doctora.
             Se nacionalizan las deudas más escandalosas del humanitarismo en bancarrota.
             Otra muestra que todo, en la Argentina –para Oximoron- termina mal.
             Y que la real politik es, en definitiva, una pestilencia.   
         
                                                     Carolina Mantegari

                                                                Consultora Oximoron/Redacción Final                  
                                                                Permitida la repropducción sin citación de fuente.

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lunes, 9 de diciembre de 2013

LOS BÁRBAROS ESTÁN AQUI

Acantonamientos policiales anticipatorios de saqueos.

 escribe Carolina Mantegari
 Editora del AsísCultural,
 
especial para JorgeAsísDigital   
--------------------------------------------------------------  “Porque hoy llegarán los bárbaros;
y espectáculos así deslumbran a los bárbaros
”.

      
   Constantino Cavafis. 

"Vemos los saqueos, pero no conseguimos ver la
 invasión. Ni, en consecuencia, comprenderla".
          Alessandro Baricco          
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             En cuanto el policía se acantona en la lícita protesta, el bárbaro se amontona para el saqueo.
             Hay que esforzarse para comprender la necesidad de agremiación de las fuerzas de seguridad. Sobre todo de la policía.
              Es la organización fundamental si se aspira a combatir, de verdad, la patología del narcotráfico.
              El fenómeno estratégicamente instalado que llegó para quedarse. Y que aquí se finge combatir. Apenas desde la inútil oralidad. (Ampliaremos).

             Hay que diferenciar, en adelante, por ejemplo en Santa Fe, a los azules radicalizados de Apropol, de los azules moderados de Utrapol.
             Otra vez emerge el efectivo cuento del policía bueno y el policía malo.
             “Hablá conmigo, mirá que el otro es peor”
             La sociedad presa, sin otra alternativa, tiene que “cantar”.
             En la penetrada Santa Fe, en la sospechada Buenos Aires, en la lacerada Córdoba, siempre en la vanguardia.
              A esta altura del relato, en cualquier parte.

             Sergio Berni, El Licenciado Serial, el Secretario de Seguridad que ya se cargó dos ministros del área, hoy suele destacarse por distribuir gendarmes.
             Demasiados miles en Buenos Aires, 2500 para Santa Fe, 2000 para Córdoba. ¿Quién quiere más gendarmes?.
             Aunque Berni debiera tener más cuidado con la distribución. Y no por el control de las fronteras, que casi a nadie le importan.
             El Licenciado Serial debe cuidarse de no abusar del uso de la gendarmería.
             Para no irritar más, sin ir más lejos, a la sensibilizada policía. (Con el ejército, como está planchado, no hay problema)
             Vaya el mensaje directo:
              “La gendarmería, Berni, es como el champagne. Debe ser consumida con moderación”.
            
 
              La efemérides      
        
             La desafortunada efemérides anuncia justo los treinta años de la democracia. Coincide –la efemérides- con la implantación global de la barbarie.
             Significa confirmar que la espera, en cierto modo, se acabó.
             Los bárbaros ya están aquí. Y para colmo están entre nosotros.
             O más grave aún: ante la ventaja posible de la impunidad, perfectamente el bárbaro puede ser cualquiera de nosotros. 

             Los bárbaros que invaden los comercios, las casas de los vecinos.
             Consecuencia de la sigilosa programación, o por la instintiva espontaneidad.
             Para arrasar contra los bienes, sobre todo de consumo, que vengan de arriba.
             Habrá que evitar que nos despojen, en lo posible, de los nuestros.

             Lo conveniente en suspender la tentación del balance por la efemérides.
             Despegar la pobre “democracia recuperada” de los miserables arrebatos del rencor social. 
             Es aconsejable separar el conformismo auto-satisfactorio de la celebración -por los treinta años- del cuadro severo de desconsuelo.
             Por la sociedad que hemos -en treinta años- construido.
             Por la ruptura del compromiso más elemental, que marca la patética expresividad del fracaso.

              Entre el optimismo cruel del siglo diecinueve, Domingo Faustino Sarmiento nunca podía haber advertido que la barbarie, al final, iba a imponerse en el corazón de las ciudades. Reservadas, en el maniqueísmo de su teoría, para la placidez de la civilización. 
              Hoy cuesta recitar las loas inconvincentes hacia la democracia mientras se padece el temor por la devastación.
               A través de la desesperación de Los Excluidos, y del resentimiento de Los Mal Incluidos
cliquear.

               Se enturbia, al menos, la euforia falsa del festejo.

               
            “Esperando a los bárbaros”

               Armados -con seguridad privada-, los comerciantes esperan la transformación de los habitantes en bárbaros.
               Con el pánico fundamentado, se aguarda la barbarie como si se tratara de la peor inundación.
               La multitud que avanza movilizada por el afán de despojo destructivo. 


               El comerciante aguarda la llegada de los bárbaros sin la recatada belleza de Constantino Cavafis, el ejemplar poeta griego.
               Sin la hondura narrativa con que John Maxwell Coetzee, que –inspirado en aquel Cavafis- supo describir el estado impotente de la quietud, que anticipaba la llegada. (Ver “Esperando a los Bárbaros”, la gran novela de  J.M. Coetzee).
               Ni nuestro Sarmiento, ni Cavafis, ni el propio Coetzee, y ni siquiera Alessandro Baricco, podrían valorar la magnitud del horror que registra el decidido señor Chou.
               Es el comerciante chino, o acaso coreano, del barrio. Chou protege con bolsas de arena la entrada del supermercado, pequeño pero completo. (Lo explota con su familia desde las 7 de la mañana hasta las once de la noche).
               Para defenderse de los clientes transformados en bárbaros -que acaso nunca van a llegar- nuestro Chou contrató seguridad privada.
               Dos policías retirados y un pesado chino de civil, desocupado y frontal, que no vacilaría, llegado el caso, en tirar.
               Vigilia con armas. Este diciembre Chou decidió que los bárbaros, que lo merodean, no van a pasar.
                Va a defender, a balazos, su negocio, de los vecinos saqueadores.
               Los bárbaros urbanos que desmoronaron las superadas teorías del crédulo Sarmiento.


            23-D

               Berni, figura fuerte en el actual esquema cristinista, compartió información de inteligencia, según nuestras fuentes, en línea directa, con el Ex Gordo Montenegro, su par del Artificio Autónomo de la Capital, el distrito controlado por el macricaputismo.
               La compartió también con Alex Granados, El Mangrullo, par de la provincia (inviable) de Buenos Aires, del “palo”, o sea peronista.
               Y con el solvente señor Lamberto, par de Santa Fe, de confesión socialista. Con Lamberto, El Licenciado Serial hasta paseó en helicóptero. Por el cielo triste cubre La Circunvalación.

                Al cierre del despacho, se desconoce si los partes de inteligencia, que nutren a Berni, proceden de la hostigada secretaría oficial. La de “El Ingeniero”, que nominalmente comanda Icazuriaga, Corazón de Ballena. 
               O si los partes proceden de los aportes confiables para La Doctora y Zannini, El Cenador.
               Los que suelen brindar los multiplicados canales que se reportan al general César Milani, el Héroe de las Madres y las Novias.
               La información advierte, según nuestras fuentes, sobre desmanes que se preparan para el próximo 23 de diciembre. Saqueos que huelen a conspiración “viralizada”. Programada. Montada sobre la necesidad que no alcanza a suavizar el relato, sostenido por indicadores imaginarios que aluden a los logros de la década.
               Por lo que pudo rastrearse, el  enigmático 23-D lo planifican Los Mal Incluidos Para facilitar la invasión de Los Excluidos.
               Tanto jorobar con aquel 7-D, que terminó en decepción, para construir otra frontera nueva. El 23-D. Que se adelanta para el 20-D.

                Pero los partes, sean de Milani o de El Ingeniero, ya fueron superados. Como la situación.
                Por nuevos partes que anuncian protestas y acantonamientos policiales, anticipatorios de saqueos, que no pueden ser resueltos por Berni, El Distribuidor de Gendarmes..
                Los bárbaros están aquí. En las ciudades.
                Son ellos, ahora, los que esperan.
                                           

                                                  Carolina Mantegari

                                       permitida la reproducción sin citación de fuente
                                                                                                    


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