domingo, 26 de abril de 2015

PRAGMATISMO A LA BARTOLA

“Mauricio, Sergio y Daniel”
               Cuarta época
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 La Doctora actúa como 
si no fuera a irse nunca

Escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial
para JorgeAsísDigital



          Abunda el alivio espiritual en el macricaputismo.
          Mauricio, El Niño Cincuentón, zafó de la interna sustancial. Incomodidad que lo mantenía estancado. Emerge fortalecido.
         “Con un sexo político de cuatro metros” explicita la Garganta Pro.
          La “decisión estratégica” de apoyar frontalmente a Horacio Rodríguez Larreta, El Carismático, tuvo su final favorable.
          Es de esperar que muchos votos independientes, que fueron hacia Gabriela Michetti, La Princesa de Laprida, no se vayan, en julio, imantados hacia Martín Lousteau, El Personaje de Wilde.
          En adelante, Mauricio puede estar seguro que va a polarizar nomás con Daniel, el Líder de la Línea Aire y Sol.
          Posiblemente ambos .Mauricio y Daniel- tuvieron éxito en la tarea compartida de marginarlo a Sergio, el Titular de la Franja de Massa.
           Hoy se lo percibe a Sergio algo alejado de Mauricio y de Daniel. Se les escapan. Pero este juego es el tradicional “sube y baja” del parque de la memoria.
           Si por ejemplo el viernes Sergio colma el estadio de Vélez, y consolida aparte su alianza con De la Sota, El Cuarto Hombre, y acaso también con Adolfo Rodríguez Saa, El Alma de la Puntanidad, podrá blindarse otra vez su candidatura. Para que vuelva a ser una disputa de tres. Aunque, al cierre del despacho, parece tratarse de una disputa de dos. Sólo entre Mauricio y Daniel. Si es que Daniel consigue librarse definitivamente de la competencia virtual de Florencio, El Loco. Es el que siempre está pendiente, aunque no produzca ninguna información que estimule una idea de campaña. Para colmo, la esperanza del dedazo se diluyó en Moscú. Para algarabía de Daniel, La Doctora expresó que “no tiene favoritos”.
   
       
          Parábola geopolítica del país en banda

           Pese a haberse agotado el aquí anunciado como “último mes de centralidad”, La Doctora aún conserva la iniciativa. Actúa como si no fuera a irse nunca. Al menos, en materia internacional, donde hace y deshace en soledad, sin siquiera brindar la explicación que tampoco nadie le pide. Ni Mauricio ni Sergio. Por supuesto que tampoco Daniel va a pedirle a La Doctora que le rinda alguna cuenta. 
            Aunque los tres se postulen para sucederla, no tienen la menor idea de los compromisos que se asumieron.

           “¿Y qué hacemos si a Daniel, en la presidencia, se le ocurre vendernos de nuevo a los yanquis? –confirma otra Garganta, que trafica el cuento de la Revolución Imaginaria.
            De manera unilateral, porque se le antoja, con licencia de corsaria, y en virtud del pragmatismo a la bartola, La Doctora traslada el país a la deriva hacia el inquietante eje China-Rusia. Que por supuesto incluye a Irán. O sea a Siria. Y a través de Venezuela, nuestro máximo aliado en el subcontinente.
           Sin siquiera pestañear, La Doctora pasa, sin inconvenientes ni reclamos, de las intenciones fracasadas de reconciliarse con el mercado de capitales –o sea con Occidente-, emprendidas desde el comienzo de 2014 (rendición ante Repsol y rodilla ante el Club de París), para conciliar después de Griessa posiciones favorables con China, primero, y Rusia después.
            Parábola geopolítica del país en banda. Un viraje que se dio en menos de quince meses. Queda el balance de un crimen. 
            Ni Mauricio ni Sergio, en lo personal, ni sus equipos económicos, ni sus asesores en política exterior, tienen la más remota idea, según nuestras fuentes, acerca de qué demonios La Doctora, Timerman y De Vido comprometieron con Rusia y con China.
            Si alguno de los dos aspirantes a la sucesión estimula la ilusión de reestructurar las relaciones con Estados Unidos, o con la Unión Europea, debería, al menos, interesarse en la magnitud de los compromisos firmados. Existe la continuidad jurídica del Estado. Aunque los audaces irredimibles del cristinismo suponen que tienen asegurada la continuidad. Para siempre. Con lo que tienen enfrente, crece el derecho de creerlo.

              La Doctora, la gran campeona de la defensa de los derechos humanos que humilló, para espanto del ministro De Vido, al pobre “negrito” Obiang -Presidente de Guinea Ecuatorial-, porque no los respetaba, por el repentino pragmatismo a la bartola hoy prefiere callar (o sea convalidar) ante la prisión de los dirigentes opositores al asociado Nicolás Maduro.
             Es –Maduro- quien no vacila en degradar, incluso, a las autoridades de España, por la osadía de reclamar por los presos políticos en Venezuela. Y en defenestrar, por si no bastara, a Felipe González, por ofrecerse como abogado de los presos. Y en esta etapa pragmática mejor ni tratar, en materia de derechos humanos, el caso de Putin. Silencio.


              Derivaciones humanas del relato

              Pero es el tiempo de los posicionamientos, entre los tres postulantes presidenciales que se manejan con consultores que sostienen que no es momento de anunciar cambios bruscos ni rupturas. Debe confiarse entonces en que los tres ya saben cómo plantar el país. Adónde. O dejarlo así, como está. Para cualquier postura. A la bartola.

                Tiempo de dramas electorales.
               -"Cómo les pedimos a los que cantan “Cristina corazón aquí tenés los pibes para la Liberación” que ahora griten “¡Daniel, Daniel!”-
               Es otra severa introspección de la Garganta Popular.
               Lo que opine la señora de Bonafini, según nuestras fuentes, ya casi nada preocupa en materia electoral. Las Madres le dieron al cristinismo todo lo que tenían para dar. Hasta su prestigio. Y en la retribución, pasaron a convertirse en una constructora fraudulenta y quebrantada.
               Menos aún interesan las reticencias que puedan presentar los intelectuales buscapinas del colectivo Carta Abierta.
               “No mueven quince votos, y no se les entiende un c...”.
               Importan, sí, los jóvenes que saltan. Que son los que ponen el aderezo de la épica. Los muchachos que adquirieron auténticamente el cuento de la Revolución Imaginaria.

               El dilema reside en las derivaciones humanas del relato.
               Apoyar a Daniel, aunque siempre estuvo, implica dejar de lado la consigna “Patria sí Colonia no”. Que algunos hasta se tomaron en serio. Cuesta cambiarla por “con fe y esperanza, siempre para adelante con el Aire y el Sol”. A través de la ideología del vitalismo positivista que representa Daniel. Con la confianza en sí mismo que lo habilita para asegurar que, a partir de su presidencia, se viene “una Argentina que ni te imaginás”. Con la explosión del optimismo que lo instiga a confirmar que “a la Argentina va a venir dinero desde todos los países del mundo”. 

                 Por su superioridad natural, por la visión desproporcionada de sus atributos, Daniel no tiene ningún inconveniente en que “le pongan todos los diputados”. O que le pongan el vice que quieran. Ya que con Scioli, en definitiva, todo va a cambiar.
                “Pero que no se le ocurra entregarnos de nuevo a los yanquis” insiste la Garganta.


                Recaudación y cuentapropismo    

               La cuestión que pasaron doce años de Kirchner-cristinismo. Contradictorio, complejo, invertebrado.
                Siete años, entre 2003 y 2010, fueron de recaudación centralizada. Y debe aceptarse que los últimos cinco sin recaudación. “Sin bolsos en los vuelos de los viernes”. Colmados de altibajos, delirios y bolsones de cuentapropismo. (Ampliaremos en próximo informe).

                  Lo que El Furia no pudo lograr con el trunco Compromiso K, La Doctora lo logró con La Cámpora. 
                 Un conjunto incondicional de muchachos que atraviesan la treintena. Los que planifican, en los próximos diez años, quedarse con el control total del país. Arrasan con dos generaciones. Las jubilan.
                 En una década oscilarán los 45 años. A punto. Con experiencia en manejo del poder.
                Saben, en la práctica, que Daniel es quien está mejor posicionado para garantizarles la continuidad de lo conquistado.
                Sólo tienen que abstenerse, en adelante, de cometer errores. Los que pueden ser aprovechados por Sergio y Mauricio, al acecho. Siempre. 
 
                                                      

                                          Oberdán Rocamora