miércoles, 26 de febrero de 2014

Repsol y el Versalles berreta

TITANES CATALANES Y ARGENTINOS ARREPENTIDOS II: La proeza de cobrarle al quebrado y de sacarle sangre al moribundo.

Repsol y el Versalles berretaescribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial
para JorgeAsísDigital
“La Doctora está arrepentida de la confiscación”.
Lo anticipó el Portal en septiembre de 2013. Fue en“Apretar por YPF”, cliquear.
La data procedía de una fuente irrebatible. Pero lo tomaron como una simple provocación del periodismo artesanal.
Se constata con tristeza: en el fondo, el cristinismo resultaba mucho más interesante cuando deliraba. Mucho mejor cuando nos mentía.
Cuando La Doctora decía: “ni un paso atrás”. O “¡Vamos por todo!”. Y asustaba a los tiernitos sensibles. Caniches que suponían encontrarse en medio de la revolución (imaginaria).
Enternece -y hasta decepciona- esta altiva retirada. Sin siquiera asumir el estupor ante el descenso brusco de los pantalones. Con los mismos rostros duros. Gastados. Acusativos.
Con una admirable desfachatez, el cristinismo se dispone a resolverle a la sociedad los problemas que supo generarle.
Por una vez, para que conste en actas, es satisfactorio coincidir aquí con la enunciación de los carteristas intelectuales de Carta Abierta.
“La Patria peligra”. Es verdad, peligra.
Pero sólo porque está conducida ligeramente por una manga de irresponsables.

Fanfarronada fatal

Repsol y el Versalles berretaLa fatal fanfarronada del despojo de Repsol-YPF se eleva como otra de las grandísimas equivocaciones de La Doctora.
Una chiquilinada fundacional, propia de improvisados con iniciativas, los peores. Versátiles en carencias, capitalizados por desconocimientos básicos.
Como era bastante previsible, hoy se condena al Gorro Frigio (el Estado) a un convenio leonino.
Una suerte de Versalles en versión berreta, pero sin haber perdido ninguna guerra. Apenas consecuencia del encadenamiento sucesivo. Catástrofes seriales generadas por la insolvencia.
500 millones de Bonar X. 1250 en Discount 33. 3250 en Bonar 24.
Trátase de la jerigonza técnica que debieran atender los inscriptos en el jubiloso casting de presidenciables.
Son los que tendrían que ponerse más o menos serios, siempre sin exagerar. Y pensar que en la vida no todo es j… Lástima.
Alguno va a heredar las derivaciones de tanta banda ideológica, llevada adelante por los artesanos de la mala praxis.

Cobrarle al quebrado

“Sin piedad, Repsol le cobra al quebrado”. Una proeza.
Repsol y el Versalles berretaLo sentencia la Garganta de Madrid. En cierto modo es para felicitar a los “Titanes catalanes” (cliquear), don Antonio Bruffau e Isidro Fainé. Los que se entienden sin hablarse ni mirarse, “como Iniesta y Messi”.
Mientras tanto los “argentinos arrepentidos”, los verdaderos caniches de esta historia, creyeron manipular entre las diferencias de ambos.
Los titanes negociadores de Repsol hoy están eufóricos. Le sacan la sangre al debilitado que se encuentra en terapia intensiva.
Le cobran al quebrado que intentó hacerse el pícaro y aún mantiene los atisbos desafiantes del viejo orgullo. Sin aceptar siquiera que se trata del “pasado esplendor” del tango.

La capitulación

Sólo falta que la Asamblea de Accionistas de Repsol apruebe la ostensible capitulación de los arrepentidos.
Y que el Congreso del Gorro Frigio también la convalide. En lo posible, sin graves gestos de asco.
La junta española está tradicionalmente programada para abril. Ventajas de la primavera europea. Pero esta vez los apurados prefieren adelantarla, según nuestras fuentes, para marzo. Muy ansiosos por hacerse pronto de los mangos. Cinco mil millones de dólares, aunque para el Gorro Frigio serán casi ocho.
Al fin una alegría para la España Tétrica (como la llamaba Balzac). Con la felicidad de saberse -los accionistas- atiborrados de garantías. Dispuestos a convertir, los bonos pagaderos en el futuro venturoso, en miserable efectivo. Los cinco mil millones de dólares que en todo caso aquí va a pagar Mongo, o la posteridad.
Bonos que van a ser transferidos de inmediato, según nuestras fuentes, a un conjunto de bancos movilizados por los intereses escasamente espirituales.
Ocurre que los financistas veloces distan de preocuparse por las sutilezas de la gran tergiversación argentina. Y menos aún por el epílogo melancólico del relato abierto, donde finalmente se termina por representar lo mismo que se condena. Signa la desastrosa caída del modelo (de inclusión) que explicablemente entusiasma a “los pibes” liberadores, que colman patios y palcos. Y a los malabaristas conjeturales que sostienen la hipótesis del falso optimismo.
Repsol y el Versalles berretaSon los que apuestan. Creen en la necesidad del Versalles berreta. Que con la indispensable rendición incondicional, va a facilitarse la llegada de los inversores providenciales.
“Olvídese, Rocamora. A la Argentina sólo irán de visita los capitales especulativos”, confirma la Garganta de Madrid. Es devastadora para la tesis del romanticismo.
“Los inversores reales sólo la ponen donde no tienen inconvenientes para sacarla”. Son pestilencias de la real-politik.
En el vigente cristinismo, más Muerta que la Vaca -con la que se aspira a entusiasmar- está la credibilidad.
Oberdán Rocamora
para JorgeAsisDigital.com
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lunes, 24 de febrero de 2014

Kiev, Caracas, ¿Buenos Aires?

obre la acción de La Calle, Protestones comparados.

Kiev, Caracas, ¿Buenos Aires?sobre informe de Consultora Oximoron
Redacción Final Carolina Mantegari
para JorgeAsísDigital

Introducción
Lenguaje político de “La Calle”

“La Calle”, en Kiev, logró echar a Víktor Yanukóvich.
Para Ucrania, en adelante, llega el invariable turno de la división.
Entre los vanguardistas alucinados que planifican anexarse a la modernidad europea, y los conformistas que prefieren resignarse a la cultura imperial rusa.
En Caracas, en cambio, Nicolás Maduro aun resiste. Se muestra más inclinado en seguir la receta incomparable de Damasco, del trágico Bashar al Assad (ver “Dejen gasear a Bashar”), quien no vacila en aumentar la cifra de muertos. Tiene el antecedente triunfal (de La Calle) en El Cairo, que se llevó puesto a Mubarak y luego a Morsi, para poner el país al servicio del general Al Sisi, el Milani de Egipto (leer “Egipto, la democracia imposible”).
La Calle tiene también el inicial antecedente de Túnez (donde La Calle desalojó a Ben Alí) y de Trípoli, con la masacre excesiva de Kadafi.
Maduro prefiere disputar por el control de “La Calle”. Saca cotidianamente a los disciplinados bolivarianos suyos, ataviados de rojo.
La Calle no se lo va a llevar fácilmente puesto a Maduro. Como a Yanukóvich o Mubarak.
Con otras características, menos ofensivas y nada violentas, en Buenos Aires también supo registrarse el inquietante lenguaje de La Calle.
Pero los servicios de inteligencia realizaron, según informa Oximoron, un trabajo eficaz de cooptación que facilitó la estrategia divisoria.
La dispersión que a los Sigilosos Programadores de la Improvisación les cuesta reagrupar.
Osiris Alonso D’Amomio
Director Consultora Oximoron
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La Doctora baila y Maduro canta

Kiev, Caracas, ¿Buenos Aires?Así como La Doctora sensualmente baila, Maduro rítmicamente canta.
Temas de Rubén Blades, canta Maduro, en la concentración bolivariana, mientras luce, en la remera, la imagen estampada de Lenin.
En su show Maduro lo invita a Obama a dialogar. Pero Obama saca, de pronto, chapa fácil de estadista. Ayudado por la complacencia paralizante de la señora Dilma Rousseff, que no se atreve siquiera a liderar la organización de un campeonato. Y de las sobreactuaciones de La Doctora, aquí en defensa propia.
Para Oximoron, el apoyo de La Doctora a Maduro resulta racionalmente comprensible. Ocurre que a la Venezuela Bolivariana se le deben miles de millones.
Y si La Calle, en su accionar, lo arrastra también a Maduro, como si fuera un Ben Alí cualquiera, se agravará la problemática de los detectados funcionarios argentinos, que se especializaron en los beneficios de la marroquinería política (ampliaremos).
También Maduro lo desafía al “insolente” de John Kerry. Mientras lee, en voz alta, para la austera multitud, el texto del Departamento de Estado, pero intercalado por la diplomacia de sus burlas. Sin la gracia natural de Chávez, que resultaba mucho más efectiva para atenuar la indeclinable vocación por el ridículo.

Convocatorias e infiltraciones

Kiev, Caracas, ¿Buenos Aires?Mientras tanto en Santa Teresita, un balneario de albañiles italianos situado en la provincia inviable, los dirigentes del peronismo se atragantan de utilitaria lealtad. A los efectos de someterse a “la conducción estratégica” de La Doctora. Como están (mal) jugados, signan un documento para solidarizarse con el “gobierno democrático de Venezuela”, que preside el cantante aficionado de la remera de Lenin.
Pero también llaman, desde Santa Teresita, riesgosamente a “ganar La Calle”. A través de una movilización para el sábado 1° de marzo, en la Plaza del Congreso. El motivo es brindarle a La Doctora una suerte de complemento popular para el dilatado discurso inaugural de las sesiones parlamentarias. Con la euforia de “los pibes para la liberación” alcanza sólo para llenar los palcos.
La movilización de los atragantados del cristinismo representa, en simultáneo, un desafío comparativo para los “Sigilosos programadores de la improvisación”, cliquear.
Aunque las 45 organizaciones informáticas fueron infiltradas, se planifica igualmente la organización, según nuestras fuentes, de otra protesta opositora. Para copar nuevamente la escenografía de “La Calle”. Se programa para los inicios del otoño, antes o después de la Semana Santa, y con el formato tradicional, aquí llamado “cacerolazo”. Es una modalidad surgida en aquel Chile “momio” de los primeros setenta. Cuando las damas de Providencia -el barrio alto de Santiago- salían originalmente a protestar con las ollas vacías, ya que no había qué cocinar en ellas en tiempos de la Unidad Popular.
Kiev, Caracas, ¿Buenos Aires?Los Sigilosos Programadores de la Improvisación se encuentran en plena etapa de reagrupamiento. Es que después de la última protesta se habían relajado. O los habían inteligentemente anulado.
Pero los episodios de Venezuela volvieron a brindarles fuerzas, aunque predomina, entre ellos, según nuestras fuentes, la desconfianza.
“Los empomaron”, sentencia la Garganta.
“Es hora de reagrupar la tropa dispersa”, confirma la Garganta de los Sigilosos.
La tropa se encuentra, en realidad, cooptada. Como era previsible, “la tropa” organizadora fue penetrada por la contrainteligencia. Infiltrada. A los efectos redituables, hasta hoy, de dividirlos, desintegrarlos.

Los Capriles

De todos modos, aunque se tiente la comparación, los protestones de Buenos Aires apenas mantienen en común la referencia de “La Calle”.
Los inofensivos expresionistas del hartazgo argentino tienen muy poco que ver con la virulencia contenida de los hartos de Kiev que se cargaron a Yanukóvich (y hasta liberaron a la señora Timoshenko, para algarabía de la centro derecha europea).
Pero tampoco los hartos de Buenos Aires contienen siquiera la furia de los hartos de Caracas.
Aquí no existe ningún boceto audaz de Leopoldo López que planifique alterar la hegemonía de los innumerables bocetos de Capriles.
Los tres o cuatro Capriles autóctonos que se inscriben para reemplazar a La Doctora, preferiblemente nunca antes de 2015.
Kiev, Caracas, ¿Buenos Aires?Los Capriles aguardan que La Doctora se disuelva sola, en la salsa del fracaso.
Sin percibir aún que La Doctora logró sobrevivir al peor verano que se tenga memoria. Mientras ejecuta, en la práctica, el ajuste despiadado que en la narrativa niega. Y mientras hace exactamente lo contrario de lo que supo, en su momento, celebrar.
Carolina Mantegari
Redacción Final Informe Oximoron
para JorgeAsisDigital.com
Permitida la reproducción sin citar la fuente.
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No es fascismo, Maduro, es hartazgo

EDITORIAL: Ausencia de liderazgo. Dilma y Cristina caen en la indignidad geopolítica.

No es fascismo, Maduro, es hartazgoescribe Osiris Alonso D’Amomio
Política Internacional, especial
para JorgeAsísDigital
Inepto, escandalosamente grotesco, el improvisado presidente Nicolás Maduro profundiza los desastres legados por el extinto Hugo Chávez. Arrastra a la Venezuela Bolivariana hacia el dilatado calvario que avergonzaría hasta la memoria de Simón Bolívar. Arrastra además, por si no bastara, a las presidentas Dilma y Cristina hacia la indignidad geopolítica. Y permite que Obama, gratuitamente, se consolide como un sólido estadista que llama a la racionalidad del diálogo tan imposible como la sensatez.
Lo que se subraya es la inadmisible falta de liderazgo en el subcontinente.
Ni Brasil ni Argentina asumen el peso de su historia.
Tanto Dilma como Cristina se extravían al confundir el sentido de la solidaridad política. Ambas, con su distante complacencia, se inmolan en la peor complicidad.
Maduro impone la dinámica represiva que es lícita consecuencia de su mala praxis. Pero complementado por un discurso de encendida condena hacia los fascistas imaginarios que sólo despierta compasión. Y una misericordia intelectual que acentúa también las falencias alarmantes de los instrumentos continentales de cooperación multilateral. Muestran que Unasur es apenas el gran invento propagandístico que no sirve para nada. Y que incluso supera, en materia de insignificancia, a la OEA.
Debe tenerse en cuenta que por aquella payasada equivocada del avión del Evo que nadie desvió, los emocionados mandatarios del subcontinente se auto-convocaron, en su oportunidad, para una cumbre retóricamente inflamada de la Unasur. A los efectos de ensayar un antimperialismo de utilería oral que remitía a la adolescencia ideológica destinada al consumo interno.
No es fascismo, Maduro, es hartazgoHoy, en cambio, al optar -ante las imposturas de Maduro- por la conveniencia del silencio, los mandatarios confirman que dejaron de sobreactuar el redituable patriotismo. En adelante son, también, cómplices.
En su magnífica impotencia, Maduro y los bolivarianos movilizados caen en las barbaridades de manual. Las que supieron aplicar los dictadores árabes que parecen, en el fondo, inspirarlo. Los que culparon de sus males y fracasos a la cadena Al Jazeera, del siempre sospechado Qatar.
Para algarabía de los pintorescos bolivarianos con cascos rojos, Maduro prefiere emprenderla contra la CNN. Aunque si se la compara con el tratamiento informativo de Telesur, debe destacarse a la CNN como el máximo ejemplo de objetividad.

El chavismo póstumo y el hartazgo

No es fascismo, Maduro, es hartazgoCuesta asegurar, a esta altura, la estabilidad del insolvente chavismo póstumo.
Sin la fraseología, sin la audacia, sin sobre todo la astucia inteligente del animador principal que condujo la debacle, y en medio del descalabro económico que agrava la dimensión del fracaso, ningún Maduro ni Diosdado podrá sostenerse al frente del gobierno (si aún se lo puede llamar así).
El 2019 está mucho más allá de la posteridad. Y la estabilidad bolivariana no peligra porque el colectivo revolucionario se encuentre hostigado por una tenebrosa banda armada de fascistas financiados por Washington, como no para de comunicarse en Telesur.
Si la estabilidad del chavismo póstumo peligra es por el colapso fatal de la falta de estrategia económica que condujo al desabastecimiento. Hacia el rencor de la división, la corruptela desenfrenada, el desperdicio de la riqueza dilapidada y la inseguridad que rebela.
Si el chavismo póstumo se pulveriza es por el hartazgo de su sociedad.
Entonces no es fascismo, Maduro, es hartazgo.
Como variable, hasta aquí, el hartazgo no fue computado en el análisis político.
En adelante los aventureros que accedan al poder en el subcontinente tendrán que contemplar la variable concreta del hartazgo. El cansancio moral de los ciudadanos que sin más nada para perder deciden salir directamente a la calle. Con una cacerola o un insulto. Es el escenario moderno de la batalla, que enriquecen las redes sociales y multiplican los medios de comunicación.
No es fascismo, Maduro, es hartazgoLa legitimidad del acceso al poder debe cotejarse cotidianamente, con la legitimidad para justificar la permanencia. Sin producir el previsible agotamiento de “la sociedad harta que espera” (cliquear). Sin canales de representación. Ante la insuficiencia de una oposición que no puede aprovechar la potencia de la multitud que oposita.
Vaya entonces, como principio ético, la solidaridad con los hartos de la Venezuela Bolivariana que agoniza.
Osiris Alonso D’Amomio
para JorgeAsisDigital.com
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miércoles, 19 de febrero de 2014

El Factor Milani

EL FACTOR MILANI (I): Por primera vez en 30 años un militar tiene cuotas de poder real.

El Factor Milaniescribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial
para JorgeAsísDigital

Introducción
El control de la calle

En Egipto, Bolivia, Túnez, Argentina o probablemente pronto en Venezuela, lo que derriba gobiernos es “la calle”.
Es la lección positiva que dejó Néstor Kirchner, El Furia. La necesidad de mantener controlada “la calle”. E impedir que el adversario sea quien la ocupe.
El Furia invirtió dinero en abundancia del Estado para compartir la calle con los sectores inofensivos de la izquierda. Fue a través de las “organizaciones sociales”. Padecimiento organizado, adicto al arte de aferrarse al presupuesto.
Aparte entonces contaba a su favor con el espectro de Hugo Moyano, El Charol. Y con el encanto de la negritud disuasoria.
No iba a ser nada fácil disputarle “la calle” a Kirchner.
Pero el primero que lo atormentó, hasta el desequilibrio, fue El Ingeniero Blumberg. Aquel que convocó cientos de miles de inseguros portadores de velitas.
A Blumberg, El Furia logró controlarlo con leyes y billetes. Llegó hasta a exhibirlo en aquel penoso Corsódromo de Gualeguaychú.
Hasta que ocurrió el (auto) devastador conflicto del campo. Cuando hubo que recurrir hasta a la trompada previsible de Luis D’Elía, El Falso Negro Levantino.
Y después fue la ocupación trágica del Parque Indoamericano. Resuelta por el bolso mágico y el banco móvil del teniente coronel médico Sergio Berni, El Licenciado Serial (que tiene mucho que ver en la miniserie que hoy se inicia).
En adelante se registraron los sustanciales cambios en el área cosmética de la Seguridad. Se le concedió el poder inusual a la Gendarmería, que irritó a la Policía (y también al Ejército, aunque aún no contaba).
Emergía Gendarmería como la fuerza geisha del cristinismo (Ver “Gendarmería para la Victoria”, cliquear). Hasta que al cuerpo le estalló la propia crisis que asustó al gobierno desprevenido hasta el espanto.
Era tarde, aparte, para entregarse a la policía. Contenía el flagelo del conflicto que estallaría definitivamente en el último diciembre, en la vanguardia de Córdoba. Para expandirse.
Con el marco desolador, como paisaje brutal, de la estrategia triunfal del narcotráfico. Y con las catástrofes del gobierno inepto, a la deriva, surcado por la mala praxis y atemorizado por el presagio del mal final.
Desde entonces, el Ejército es la única fuerza en que confía el cristinismo. O sea, para ser rigurosos, Carlos Zannini, El Cenador, La Doctora y a veces Máximo, En el Nombre del Hijo.
Es en el Ejército donde persiste el General inquietante. El Seductor de Sexagenarias. Casi carismático, poco escrupuloso, de ascenso irresistible. Acumula cadáveres en los placares, pero ya supo proporcionar muchos más servicios de los necesarios.
El Factor MilaniEstá encuadrado, es “del palo”. Enternece hasta a la señora Hebe de Bonafini, La Comandanta, improvisada como entrevistadora.
Supo desgastarse en el periodo de los méritos y en la tensa eliminación de competidores.
Y se pronuncia, por si no bastara, a favor de “la causa nacional”. A la que pone el Ejército a su disposición.
En un cierre circular, llegado el caso, ya transformado en el Jefe de Estado Mayor, el Teniente General César Santos Gerardo del Corazón de Jesús Milani asegura la movilización de tropas para sostener al gobierno. Apenas hay que darle todo lo que pide. Tragarse sapos. Y bancarlo.

Límites y cascabeles

¿Quién le pondrá un cascabel al Teniente General Milani? O por lo menos un miserable límite.
¿Hasta dónde va a llegar el Teniente General con su proyecto político personal? (en el caso que exista).
A través, insólitamente, del Ejército más desmoralizado de la historia. Que hoy por el impulso del Factor Milani recupera, de pronto, ciertos atisbos de moral cuestionable. Casi indigna.
“Ya Milani no la necesita a Nilda Garré. Pasó. Fue”, confirma la Garganta.
Ministra de Defensa, luego de Seguridad, actual embajadora ante la inutilidad de la OEA, la señora Garré cumplió su etapa durante el crecimiento del personaje. Profesional y -sobre todo- económico.
Tampoco ya Milani lo necesita a Horacio Verbitsky. El titular del CELS. Es el Ganges Purificador que le permitió a Milani alcanzar algún ascenso anterior (Ver “Milani y la purificación del Ganges”, cliquear). Y obturar, en simultáneo, muchos otros. Para desprenderse de aquellos que podrían haberle producido, en el camino, un poco de sombra.
El Factor MilaniMenos aún Milani lo necesita, ni siquiera como adorno, al ministro en ejercicio, Agustín Rossi, El Chivo. Un jarrón chino estampado en el ministerio, pero que mantiene el mérito de molestarlo menos que Arturo Puricelli. Al que sostenía De Vido, hasta que se diluyó solo. Se disolvió entre los escritorios.
Puricelli fue el último mortal que trató, según nuestras fuentes, de ponerle algún límite a Milani, cuando era Sub Jefe del Estado Mayor y ya se los llevaba puestos. A cargo -siempre- del Área de Inteligencia. De su Caja.
Cuentan que don Arturo tramaba alguna fórmula para desprenderse del segundo (Milani). Con el primero, el general Pozzi, El De Vido de Bendini, olvidable antecesor.
¿Podrían conseguirse las fotos comprometedoras?
Las que aludían a las fiestitas mitológicas en los boliches. Las farras que irritaban a la señora Garré y le permitían a Milani, a su manera, crecer. Extender su prestigio. Con aquellas instrucciones que trascendían en los cuarteles. Como la preparación de algún festejo, pero para asistir sin mujeres.
“Porque las mujeres las pongo yo”. Ampliaremos.

Inteligencia y Fondos

Desde 1983, cuando arrancó la última versión de la democracia, Milani es el primer militar que construyó una cuota de poder real. Con los recursos audaces que distan de detenerse ante la magnitud del pudor. El arma de Ingenieros, a la que pertenece, nunca tuvo tanta injerencia como en la actualidad. Y la especialización de “inteligencia” -la suya- hoy controla el Ejército.
Decir profesional de la Inteligencia equivale a subrayar la capacidad para el envío de mensajes poli direccionales. Para tejer intrigas o deshacerlas. Para generar temor o desconfianza entre los que se descuentan espiados. Por el atributo obvio de penetrar intimidades.
Pero significa sobre todo manejar, discrecionalmente, los fondos reservados. Nutridos. Sin molestas rendiciones.
Con una contabilidad interna y secreta, de cuyo control se encarga también -cuando no- el propio Milani.
El Factor Milani“Si te pasaste 30 años bajo la lluvia, Rocamora, descalzo, embarrado, y de repente te aparece alguien con un paraguas, así tenga agujeros te representa la salvación, un progreso”, confirma la Garganta.
Milani es el paraguas. Representa la contención. La solución. Y por qué no decirlo, también la esperanza. “¿Y si a este loco se le da?”.
La cuestión que aparece de pronto dinero en los cuarteles, sea de procedencia blanca o negra. Una circunstancia que le interesa sólo a los puristas, que aunque parezca mentira abundan. Son los sensibilizados por el manejo de “lo espurio”. Los éticos movilizados por los dilemas de la traición (que van a desfilar en la miniserie que hoy, sin inocencia, el Portal inicia).
Lo relevante es que los soldados y los oficiales lucen borceguíes nuevos. Que empieza a comerse bien en los casinos. Hay carne en las parrillas.
Que de la bolsa de Milani aparece la financiación de las soluciones.
Hasta se facilitaron, según nuestras fuentes, los ascensos de ocho tenientes coroneles que habían sido excluidos de las listas, por ser “hijos de”.
Pero que habían sido incluidos, antes, acaso, por el propio Milani.
Otro atributo: ser el Providencial ideal para resolver los problemas que el mismo genera.
Por primera vez en 30 años, estén en el retiro, presos en Marcos Paz, en un domicilio, o en actividad, los militares (ya no sólo los del Ejército) sienten que vuelven a ser tenidos en cuenta. Forman, otra vez, mal o bien, parte de la agenda.

Empeñamiento y Comportamiento

Aunque haya que hacerse cargo, llegado el caso, de aplicar las Reglas de Empeñamiento. Fueron oportunamente arregladas con Zannini, El Cenador, y con instrucciones de La Doctora. Luego transformadas en Reglas de Comportamiento. Para implementarse a través de la precipitación de algún decreto. Y sin siquiera declarar, según nuestras fuentes, el Estado de Sitio.
El Factor MilaniPara preocupación compartida por el general Carena, titular del Estado Mayor Conjunto, sostenido en su cargo por Zannini. Y sobre todo para preocupación de Cundom, El Monito, o Cambá. Es el respetado Comandante Operacional del Estado Mayor Conjunto, el artificio que Milani también controla. En gran parte. Con reticencias.
El Empeñamiento y el Comportamiento ya producen cierta técnica incomodidad, según nuestras fuentes, en el sueño alborotado del general Raimondo. Es el Comandante de la Fuerza de Despliegue Rápido.
Continuará, por supuesto.
Oberdán Rocamora
para JorgeAsisDigital.com
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lunes, 17 de febrero de 2014

Davos, Nueva York, Merlo

DANIEL, MAURICIO Y SERGIO, SEGUNDA ÉPOCA (II): Mauricio y los mormones de Utah-Santa Fe. Daniel emerge como lo más serio del cristinismo. “Sergio banca”. Es el mensaje de El Vasco.

Davos, Nueva York, Merloescribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial
para JorgeAsísDigital
Con dos peronistas fuertemente instalados, como Daniel Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol I, y Sergio Massa, Aire y Sol II, Mauricio Macri, El Niño Cincuentón, tiene que pescar con la media red por afuera del peronismo. Es de manual. Entre el oleaje progresista, donde -para colmo- no puede hacer pie. Le sacan la bolilla negra.
Situación grotesca se produce cuando Mauricio muestra, en público, que quiere ser progresista pero no lo dejan.
Conste que Mauricio venía de Davos, donde está situada la Montaña Mágica de Thomas Mann. Es el centro de esquí del capitalismo universal. El Niño acertó en ir a sacarse la foto, a los efectos de avanzar un casillero y dormirlos, en simultáneo, a Daniel y a Sergio, los otros protagonistas de la miniserie.
En Davos, Mauricio comprobó, sin derecho al asombro, que interesaba infinitamente más Perú que la extraviada Argentina. Paralizada entre demencias narrativas y alucinaciones relativamente revolucionarias.

Estética de (centro) derecha

El macricaputismo, a esta altura, no tiene otra alternativa que crecer por su cuenta. Y asumir su estética de (centro) derecha. Circunstancia que refleja una anacrónica desgracia en el país a contramano. Aquí la mayor parte de los dirigentes prefieren imaginarse, por las dudas, al menos para que los tengan en cuenta, que son progresistas. Casi de izquierda. Nada reaccionarios. Creen que quedan más presentables en sociedad.
Davos, Nueva York, MerloPasa que la derecha, por motivos multiplicados, perdió la partida en la Argentina. La razón de fondo es, en definitiva, cultural. Por haberse estrellado con la semántica de la Dictadura Militar.
Para ser tratado como un cuadro respetable, ya ni siquiera hay que decir que se tiende hacia la apertura de la economía (eso suena a neoliberalismo). Ni se activa por la creación de una atmósfera permanente de inversiones (eso despierta el trauma noventista que huele a la temible dupla Menem-Cavallo, y sobre todo a la fascinación frívola por ingresar sin visa a los Estados Unidos).
Tampoco suele ser aconsejable manifestarse abiertamente por la pertenencia estratégica al universo occidental (eso apela a una antigualla que evoca sin melancolía al peor de los Di Tella y la carnalidad ideológica). Menos aún debe pregonarse la superada teoría de la “reconciliación nacional”. Es el otro rubro ausente que no ingresa en ningún discurso. Huele a preferencia por la impunidad.

Mormones de Utah. Santa Fe

A través de la identidad PRO -expresión institucional del macricaputismo- Mauricio curte la receta trillada, reconocida como Tercera Vía.
La inocencia teórica alude a la distancia simultánea de su fuerza -el PRO- con el peronismo (que ya tiene sus candidatos y de sobra). Y con el radicalismo (que con dolor no lo acepta).
En su momento, el cuento genial de la Tercera Vía lo inspiró a Francisco Manrique, El Paco, máximo encantador de turistas brasileñas en Punta del Este.
Conste que El Paco hasta tuvo la osadía de plantearle al general Perón que era preferible discutir los problemas de la Argentina sin ir a elecciones. Mejor era discutir sentados ante una mesa televisada (aquí Perón respondió con una boutade inolvidable).
Pero ocurre que en la Argentina el “no peronismo” ya está muy peronizado. Y que los antiperonistas padecen, en conjunto, la peronización súbita de sus posiciones.
Davos, Nueva York, MerloLas personas se imponen sobre los partidos, que en la práctica casi no registran existencia. Con la excepción de la secta religiosamente socialista que se apoderó del Utah de Santa Fe.
Pese a los cuadros partidarios que parecían aceptarlo, como Cleto Cobos, El No Positivo; Oscar Aguad, El Radical Presentable; Nosiglia El Coti o la señora Carrió, La Demoledora; fueron los pudorosos socialistas mormones de Utah quienes le estamparon a Macri la tarjeta roja. Demasiado pecador.
Fue reticente don Hermes Binner, el John Wayne de El Hombre Quieto, que nada tiene en común con Mauricio. O la señora Stolbizer, Correligionaria de Barrio.
O Fernando Solanas, El Eterno Dirigente Universitario. Después de mojar la medialuna en el Senado (impulsado por Carrió), Solanas prosigue la inveterada costumbre cultural de distanciarse de La Demoledora. Como si fuera un Macaluse de colección privada, otro Raimondi pasajero, un Cavancich “filósofo”, o Adriancito Pérez, El Belmondo Pobre, o la señora Ocaña. Casuística que muestra que Carrió es la política ideal para llegar, mojar y alejarse.
Los radicales diversificados en el mosaico roto y los socialistas mormones del aparato se desconfían y denigran por lo bajo, pero felizmente aprendieron con sensatez a convivir entre los pliegues de Utah-Santa Fe.
Para ansiedad compartida de los peronizados radicales Cobos y Sanz, la candidatura presidencial ya parece caerle servida al Padre Binner. Lo cual garantiza, según nuestra evaluación, la gestación de otro proyecto alternativo que signe la imposibilidad del consenso.
Nadie imagina la rebeldía natural de Carrió enrolada detrás de la parsimonia de Binner.
Y entre Carrió y Macri, mil veces Binner prefiere, según nuestras fuentes, a Macri. Ampliaremos.

El vendedor de enciclopedias

En el peronismo, que es bastante más entretenido, avanzaron sendos casilleros los dos Aires y Soles.
El I, Scioli, avanzó en Nueva York. Y el II, Massa, en Merlo.
Davos, Nueva York, MerloComo un capacitado vendedor de enciclopedias a crédito, Scioli se fue a defender, en el escenario estadounidense, los atributos del desgobierno de La Doctora. Como si no existiera Internet, el líder de la Línea Aire y Sol pidió valientemente inversiones en sus enciclopedias, y se extendió en Nueva York de las ventajas de la enciclopedia cristinista para que sus palabras fueran escuchadas, sobre todo, en el interior del cristinismo a la deriva que se sostiene apenas por la pericia pedalera del señor Fábrega, el último sensato que persiste al borde de la locura.
En el cristinismo más salvaje se comienza a comprender, según nuestras fuentes, que Scioli “es de lo mejorcito que tienen en la estantería”. Con otras palabras lo sostiene, por ejemplo -aparte del trascendental Cristóbal López-, el recuperado gobernador Gioja.
De todos modos no está para nada mal que aparezcan otras alternativas para desafiarlo a Aire y Sol I. Con la venia implícita de La Doctora y de Máximo, En el Nombre del Hijo.
Es el caso, sin ir más lejos, de Sergio Urribarri, el Padre del Marcador. Desde Entre Ríos, Urribarri amaga con ser presidente para ser tenido en cuenta, al menos, como vice. Vieja lección que solía dar un peronista académico como el chaqueño don Deolindo Bittel, de quien poco y nada aprendió Capitanich, El Premier de la Decepción.
El otro enigma lo representa Domínguez, El Lindo Julián. Amaga también para la presidencia para mojar la medialuna de la gobernación de la provincia inviable.

Final con Merlo

Por su parte Aire y Sol II, Sergio Massa, también prosigue con la agenda elemental que marca Aire y Sol I, Daniel Scioli.
En el caso de Sergio, se contagia con una escapada hacia la universidad de Georgetown. Pero anticipada por un paso rasante por Méjico, donde arma alguna reunión para legitimar la visita al cuñado futbolista. Y con alguna escala secreta, según nuestras fuentes, en el Paraguay de Cartes.
De todos modos el paso más interesante de la Franja de Massa se registró en Merlo. Fue con la incorporación, a La Franja, de Raúl Othacehé, El Vasco, minigobernador de Merlo.
Davos, Nueva York, MerloSe trata de uno de los mini-gobernadores más pesados. Cuesta digerirlo con lentitud y naturalidad. No faltaron los dadores voluntarios de buenos consejos que le sugerían a Sergio que no anunciara públicamente la incorporación de Othacehé. Sobre todo por la deplorable prensa que El Vasco arrastra entre los sectores políticamente menos incorrectos de la sociedad.
Pero la fotografía audaz de Massa sonriente, junto a Othacehé, emerge como el máximo mensaje indicador.
Significa confirmar que Aire y Sol II “va por todo”. Como corresponde a un preparado discípulo de La Doctora.
“Es una de las tres mujeres que lo impactó”, confirma la Garganta.
La fotografía con El Vasco significa transmitir que “Massa banca”.
Que el chico mantiene la suficiente espalda política como para asimilar los efectos impugnables de las cercanías más problemáticas.
Que se hace cargo del peronismo, en la práctica, sin beneficio de inventario.
Es el mensaje gráfico que Sergio les envía arteramente a los otros caudillos que aún dilatan la decisión de clavar la garrocha en sus territorios. Para saltar. Como El Vasco.
Oberdán Rocamora
para JorgeAsisDigital.com
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viernes, 14 de febrero de 2014

Campagnoli y los bolsos sagrados

La sobreactuación de los Cancerberos del Despojo.

Campagnoli y los bolsos sagradosescribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial
para JorgeAsísDigital
Antes de entrarle al Fiscal Campagnoli, El Centauro, y a los tristes Cancerberos del Despojo, debiera aceptarse que la señora Presidente Cristina Fernández, La Doctora, supo conducir con destreza la herencia política del marido extinto, Néstor Kirchner, El Furia. Sobre todo en el primer tramo, cuando alcanzó el 54% que dilapidó muy pronto.
Pero debiera coincidirse también en que La Doctora nunca acertó en el manejo de la herencia económica.
No se lo puntualiza para maltratarla. Sólo para entenderla.
El tema fue abordado por Serenella Cottani en “La disyuntiva existencial de Nuestra César”, cliquear.
Si la pobre transparentaba la calidad de construcción de la fortuna heredada, iba ineludiblemente a “traicionar la memoria”. No podía desmoronar el legado. Ni transmitir su asombro a la sociedad cuando supo que el extinto juntó mucho más de lo que cualquier alucinado podía imaginarse. Territorio de la fantasía.
Cuentan que al saberlo exclamó: “¿Para qué “juntar” tanto?”, cliquear.
En realidad, el verbo utilizado -aseguran- fue menos elegante.
Con interpretación brutalmente simple podía advertirse que La Doctora prefería presentar a El Furia mitológicamente como El Néstor Nauta. Y quitar del medio el enojoso asunto de la recaudación.
Por lo tanto, a la corta o a la larga, con o sin Fiscal Campagnoli, la pobre iba a empantanarse. A transformarse -lo peor- en cómplice. Los efectos de la acumulación insólita iban a venirse, en la primera de cambio, contra su gobierno. Con la previsible virulencia del tsunami. Para evitarlo, sólo podía recurrir a la indispensable acción de los cancerberos. Emotivos, leales y entusiastas, pero ya sin la fría eficacia de Los Profesionales Tardíos.
Campagnoli y los bolsos sagradosSeamos claros: La Doctora nada tuvo que ver con la metodología de acumulación practicada. En todo caso decidió, a los sumo, ignorarla.
Sin embargo ahora, por el ocultamiento combinado con la tergiversación, la pobre es absolutamente responsable. Sobre todo cuando se consolida, con violencia mediática, la etapa lazarista del cristinismo (cliquear). Por las derivaciones de los arreglos, manipulaciones y asociaciones de El Furia con Lázaro Báez, El Resucitado, crédito del portal desde 2005. Es la herencia envenenada que se le viene -pobre- encima.

Viudas del poder

En cierto aspecto, el Fiscal José María Campagnoli es otra “viuda de Kirchner”.
De los que se tildan, con ironía vulgar, como “viudas del poder”.
Junto al venerable Fiscal jubilado Norberto Quantín, ex Secretario de Seguridad, Campagnoli participó del equipo de máxima pureza idílica de Gustavo Beliz, Zapatitos Blancos. En aquel Ministerio de Justicia que justamente colapsó cuando Luis D’Elía, El Levantino, Falso Negro, decidió en junio de 2004 copar cierta comisaría de la Boca, por la muerte del Oso Cisneros.
El ciclo cristalino de Zapatitos coincidió con la etapa del cuaderno nuevo. Cuando El Furia, incentivado por Alberto Fernández, El Poeta Impopular, intentaba hacer letra redondita y sin manchones, a los efectos de presentarse como el paladín de la lucha contra la corrupción. Nada mejor que tenerlo entonces a Zapatitos y a la señora Graciela Ocaña en el muestrario.
Pero el ciclo cristalino de Beliz culminó en julio del mismo 2004, con la efectista exhibición televisiva de un retrato irreconocible de El Ingeniero. Trátase del espía más poderoso, hoy en litigio con La Triada. La conforman el general Milani, El Irresistible Seductor de Sexagenarias; Zannini, El Cenador; y La Doctora. Ampliaremos (pronto).
La cuestión que Campagnoli dejó la Subsecretaría de Seguridad para volver a la normal Fiscalía de Instrucción, de donde nunca debió haber salido. Con su competencia última en Saavedra y Núñez, barrios porteños que aún no tienen su tango como Boedo, Almagro o Flores.

El Cruzado

Campagnoli y los bolsos sagradosDiez años después, confirma Campagnoli que su moral es inquietantemente irreprochable. Aquel Centauro de Quantín derivó en El Cruzado que acumula rencores transversales en su gremio.
Lo consignan, según nuestras fuentes, como bastante recostado sobre la derecha. Sus innumerables críticos enuncian sus categorías radicalizadas. A los efectos de su profesión conforman, a nuestro criterio, meros aspectos secundarios.
“No importa que el profesional sea facho o zurdo, lo importante es que sea eficiente en su trabajo de Fiscal”, confirma la Garganta, académica del derecho.
El Centauro pudo haberse sentido sensiblemente profanado cuando vio por televisión, en el show popular de Jorge Lanata, cómo desfilaban las historias obscenas de la marroquinería política.
Pudo perfectamente haber sentido que, si no se lanzaba a investigar por su cuenta aquella basura denunciada, su rol de fiscal no servía para un pepino.
Aquí se ingresa en el foco exacto del conflicto. Investigar era su obligación. Pero ocurría que el caso ya tenía su propio investigador en el ámbito federal. Por lo tanto carecía de competencias para involucrarse. Aunque trascendiera que El Cruzado consideraba a “la Justicia Federal como una justicia de servilletas”.
Para el purista del derecho, “Campagnoli comete varios errores infantiles de procedimiento”.
“Primero, desoye la incompetencia dispuesta por la Cámara del Crimen”, confirma otra Garganta. Un colega que lo respeta, pero lo considera imprevisible. ¿Un defecto?
“Esto no es una anarquía, Rocamora, quien debe investigar es un Fiscal con competencia”, continúa.
Significa confirmar que El Centauro no era el magistrado natural de la causa. Se les metía por la ventana y desacomodaba al par habilitado para la investigación. Avanzaba de más. Llegaba más lejos. Ingresaba en zonas de turbulencia.
“Y el fin, Rocamora, no justifica los medios”. Aunque el objetivo sea noble.
Pero bastaba con sacarle las causas a Campagnoli y sancionarlo, incluso, con fuerza. Con alguna medida disciplinaria. A lo sumo con 60 días de suspensión.
Pero los Cancerberos del Despojo tenían la irremediable instrucción de terminar con él. Echarlo.
Era, por lo menos, una sobreactuación expresionista de los cancerberos que necesitaban hacer méritos con La Doctora, que ya carecía de Profesionales Tardíos.
Había que darle una lección ejemplar al suicida que pretendió entrometerse con el dilema de los bolsos sagrados. Para que no fuera imitado por nadie. Nunca más.
Campagnoli y los bolsos sagradosLa desprolijidad aceptablemente formal de Campagnoli de ningún modo debía atenuar la presión de los cancerberos sobre los miembros del Tribunal de Enjuiciamiento.
Se registraron, según nuestras fuentes, llamados casi suplicantes de Eduardo De Pedro, El Wado. Es el camporista de acceso libre a la intimidad de La Doctora y de Máximo, En El Nombre del Hijo.
O telefonazos del mismo Julián Álvarez, secretario de Justicia, posible candidato a la intendencia de Lanús. La figura realmente fuerte del ministerio que adorna Julito Alak. Hoy Julián es miembro -como El Wado- del Consejo de la Magistratura en Liquidación.

Entregar a El Descuidista

El accionar de estos valerosos muchachos -El Wado y Julián-, en perfecta sintonía con Alejandrita, remite también a las desdichas de Amado Boudou, El Descuidista, un buen producto que fue tempranamente imantado por el ruidito febril de las monedas, y por la tendencia sublime hacia la impunidad.
Trasciende que estos dos mismos muchachos, de innegable sentido de la lealtad, suelen dejar los dedos pegados. Y esgrimen travesuras en voz alta, a veces con algún obstáculo en materia de locuacidad.
En un campito, seguramente de Mercedes, convocaron, a principios de diciembre, a otro Fiscal, en retiro efectivo, peronista y respetado. Pero no vacilaron en transmitirle, según nuestras fuentes, un contundente mensaje: “Con Boudou hacé lo que te parezca, pero no te metas con el enriquecimiento de Mariano Recalde”.
Campagnoli y los bolsos sagradosLas solidaridades suelen despertar ternuras infinitas. Generan emociones en el argentino medio. Sensiblero, casi llorón.
Pero Boudou es mucho más que una figurita de recambio por un miembro de número de la secta.
Hay que entregar a El Descuidista para salvar -en todo caso- a La Doctora.
Para proteger los bolsos sagrados que podrían cambiar radicalmente el ánimo del presidente del Banco Central.
Bolsos que deambulan de una estancia a la otra. Como los castillos de Celine.
¿Continuará?
Oberdán Rocamora
para JorgeAsisDigital.com
Posted on 13:54 | Categories:

lunes, 10 de febrero de 2014

LA RETRACCIÓN

En la etapa lazarista del cristinismo en retirada

sobre informe de Consultora Oximoron
Redacción final de Carolina Mantegari especial para JorgeAsísMuletto y JorgeAsísDigital

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Retracción:

Término empleado en medicina en dos sentidos. El etimológico, para indicar un movimiento hacia atrás; el otro hace referencia a una célula o tejido que ha sufrido una disminución del volumen. 
                   Diccionario Médico
                  Especie de embriaguez, euforia o angustia, confusión mental; taquicardia, trastornos del sueño, alucinaciones.
                                                                                    Oni.ar. Jujuy.  
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Introducción
                           
                  Morir por las ideas

                 Primero, con aquel bailecito irresponsable, con el fondo tácito de los cadáveres, los jerarcas estables del peronismo se alarmaron.
                “Se deschavetó” confirma la Garganta.
                Hoy oscilan entre el mantenimiento o la dilatación. Pero brotan cálculos inconfesables de Asamblea General.
               “¿El problema es meramente clínico o político?” se plantea.
               Los dislates sucesivos alcanzaron un punto culminante cuando La Doctora mostró, en plena cadena nacional, la portada de un ejemplar de (la Secretaría de Estado de) Página 12. Con el agravio a un “compañero” respetado. Víctima sustantiva de una operación regional.       
              “Esta, en la primera de cambio, nos entrega a todos”.
               La preocupación se intensificó. Sólo con el penúltimo papelón del fútbol, terminaron de convencerse que La Doctora no se encuentra alterada. Desbordada en exceso. Sin el equilibrio emocional que se necesita para comandar el buque que venía a la deriva. Está equivocada. Sin beneficio de inventario, se entrega a los incondicionales que suelen reportarse a Máximo, En el Nombre del Hijo. En la política, la justicia, sobre todo la economía (gente de línea del Banco Central los apoda Grupo Cantaniños). 
                “Continuar aferrados a su obsesión generacional es una manera leal de suicidarse”.  
                Conste que nadie se propone quitarla del medio. Ni tampoco transformarla en otro pasaje desolado de la historia.
                Aunque lejos de ser la solución La Doctora hoy se imponga, en la práctica, como el principal problema.
                Pero tampoco puede aceptarse dócilmente que por arriba -y con admirable prepotencia- el conjunto de iluminados que nadie votó, y que ni registra una militancia digna de destacarse, sea el que decida. El que arbitre y dirija. En definitiva que gobierne el país arrastrado sigilosamente hacia el epílogo penosamente previsible. Por insolvencia e incapacidad. Más que por la acción de los conspiradores imaginarios.
                “Morir por las ideas” es meritorio. Lo cantaba Georges Brassens, en un himno célebre. 
                “Pero morir por La Cámpora es una pel…”.
                                      
                                     Osiris Alonso D Amomio
                                         Director- Consultora Oximoron             
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               La soledad buscada

               Para la evaluación de Oximoron, La Doctora está sola. Pero por propia voluntad.
               Se recluye. Se retrae. Reticente, incluso, hasta de la cercanía de la familia.
               Aunque, en cualquier momento, puede pasar desde la soledad buscada hacia las estimulantes excitaciones de los “pibes para la liberación”.
               Es prisionera del poder que creyó tener y que sabe, en el fondo, que no tiene.
               Como no quiere hacerse cargo del peronismo, y menos de los atorrantes de su dirigencia -de la que desconfía- prefiere inmolarse o triunfar con los suyos. Los enrolados en La (Agencia de Colocaciones) Cámpora. El bastión de Máximo, creado en realidad por El Furia, cuando era presidente consorte.
                "Los muchachos se comieron el amague de la revolución” confirma otra Garganta. 
                Cuesta hacerles entender –“a los muchachos”- que el cristinismo se redujo a la mística ciega de los iniciados. Los que prefieren ignorar la magnitud de la etapa “lazarista”. La que se atraviesa.
               La cuestión del dinero es sustancial. Trastorna.
               Los cargamentos pasan de una estancia a la otra. Se construyen cuevas para proteger los euros crocantes. La etapa lazarista del cristinismo se puso –en el fondo- cavernícola.        
 
               
               Colección subdural

               “Está equivocada, no loca” (http://jorgeasismuletto.blogspot.com.ar/2014/02/esta-equivocada-no-loca.html). La tesis del Portal sigue vigente.  
               “Mi mama está mejor que nunca". Lo confirmó Máximo, el presidente filial, según la Garganta del sur. Fue en enero, poco antes de la segunda reaparición con el Plan Progresar. Cuando La Doctora se mostraba en condiciones óptimas. Hasta para atreverse a la audacia de transformar, las derivaciones de la propia incompetencia, en actos conspirativos de especulación. Otro mérito para reconocer.

               Según consigna el Informe Oximoron, con la “colección subdural”, lo que le descubrieron fue “una retracción del lóbulo”.
               Los profesionales se asustaron. Creyeron que era algo reciente. Temían que la retracción del lóbulo concluyera en el proceso degenerativo irreversible. Pero tenía la retracción de nacimiento.
                
"No le erren” advierte la Garganta, aunque no hace falta. Se coincide.
               “Cristina es una persona normal, sin arranques de locura". 

               Sólo sujeta, eso sí, a los altibajos permanentes de la euforia y la depresión. Dos o tres veces durante el mismo día.
               Cuenta determinado funcionario -calificado y con suficiente acceso-, que la conoce de memoria desde Santa Cruz, que cuando se topa con La Doctora se pone tenso.
               Nunca sabe cómo lo va a recibir. A tratar o maltratar. Si va a saludarlo con una sonrisa y un beso. O elogiarle la corbata.
               Si lo va a retar, reprocharle algo. Si va a reírse o a insultarlo.
               Es precisamente la medicación lo que le produce, según nuestras fuentes, las “reacciones intempestivas”.
              La medicación la va a dejar -se presume en el informe- cuando se vea más robusta. Una mujerona gorda.
               Ser gordita es, exactamente, lo que la perturba.  

               
             El que se va es un héroe

               Claro que no todos los ministros de adorno son portadores del desenfado de Florencio Randazzo, El Loco. 
               Trasciende que La Doctora le reprochó a Randazzo sus ambiciones personales. Que se anotara para la carrera presidencial (en su permanente competencia con Domíngues, El Lindo Julián).
                “Si no quiere que haga política, Presidenta, me voy”, cuentan que le dijo El Loco. Y que La Doctora –aquí sí- arrugó.
               Como cuando Capitanich, El Premier -la gran decepción del peronismo- le insinuó la renuncia que hoy niega.
                Pasa que La Doctora, en plena retracción, está lo suficientemente advertida como para sospechar que, si lo deja irse, pronto El Loco (o Capitanich) podrán ser admitidos como otros héroes.
                De los que pasan a la resistencia, y se enrolan con el massismo. O merodean fotográficamente a Scioli. O terminan con reflexiones testimoniales en las emisiones del cable. Sobran los ejemplos.
                “Si algo aprendió es que debe atenuar en lo posible los ímpetus hormonales” confirma la Garganta.
               Basta que por su temperamento irascible, en un pico de bronca haga echar, por intermedio de Cristóbal o Fabián, a cualquier periodista. De los que tuvo durante diez años casi a su disposición. Para que el expulsado sea recibido, por los medios adversos, como un mártir de la libertad de expresión. Sobra –también- la casuística.
               “No estamos después de todo tan mal cuando, aquel que se nos va, de pronto se convierte en una luminaria” prosigue.
               Significa confirmar que la tentación de rajarse de los funcionarios es aún muy grande. Es posible, después de todo, salvarse. Ya que la oposición, en su banda, los recibe con generosidad.  
               En cierto modo sorprende que aún “pague” el desplante de partir. De Borrarse. Que aquel que se descuelgue hoy pueda cruzar mañana tranquilamente el Golán.
               La circunstancia prueba la veracidad científica del otro gran teorema clásico de J.M. Vernet, el filósofo matemáticamente positivista de Rosario. Indica:
               
                “En un gobierno peronista es tan idiota estar en contra
                 los tres primeros años como estar el último a favor”.  
                                             
                                              Carolina Mantegari
                                         Informe Oximoron/Redacción final
                                                     Permitida la reproducción sin citar la fuente


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