lunes, 19 de agosto de 2013

SECUESTRO EN EL PALACIO DUHAU

Juez Lijo se lleva la máquina que guarda
las imágenes de Boudou y Vanderbroele.

escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial
Para JorgeAsísDigital


¿Habrán quedado registradas las imágenes del vicepresidente Amado Boudou, El Descuidista, junto a Alejandro Vanderbroele, El Monotributista Consagrado?
Depende de la calidad del peritaje. Según nuestras fuentes, sí. Están. Debe indagarse minuciosamente entre el 15 de diciembre de 2011, y el 15 de febrero de 2012.
                 

Operativo

La Garganta confirma que el operativo expresionista se registró un mes atrás. “Antes del comienzo de la Feria Judicial”.
En el Palacio Duhau-Park Hyatt, Buenos Aires. 520 dólares la noche, pero con desayuno. Tiene entrada señorial por la Avenida Alvear, aunque ingresar por Posadas mantiene su secreto encanto. Espiritualmente reconfortante es cruzar por las escalinatas, en cualquier estación, entre los jardines, y hacia el otro cuerpo. O encarar directamente hacia la izquierda, a los efectos de atravesar por la galería de arte, o por el decorado de las flores. 

O desviarse, con objetivos distintos, hacia la administración. 
Para el allanamiento, según nuestras fuentes, se entró por Alvear. Fue realizado por orden del Juez Federal Andrés Lijo. 
Esta vez, la cabeza de la delegación fue un secretario del doctor Lijo. Junto tres empleados, más dos testigos. Acompañados por personal de Gendarmería.
Los gendarmes, según nuestras fuentes, fueron cuatro. Aunque nadie iba oponer la menor resistencia.
En el operativo se secuestró exactamente lo que se fue a buscar. Contaban con información precisa.


Trátase de una máquina. Al cierre del despacho nadie sabe citar su nombre. Pero sí se conoce la utilidad. La máquina mantiene el registro de las presencias. Grabaciones de las diversas cámaras de vigilancia, las que quedan inmortalizadas durante lapsos relativamente utilitarios. Brindan testimonio de los ingresos y salidas. Las estadas.

        
    
Milanesa con hueso 

Por ejemplo registran el área de ingreso, o el área posterior, de los restaurantes del Palacio Duhau. Especialmente el más jerarquizado. El que ofrece –según la evaluación- la mejor milanesa de costilla con hueso. Aunque también es recomendable la “merluza negra”. Como postre suele ser imbatible la selección de flanes. 
La máquina se encontraba, según nuestras fuentes, guardada en una caja fuerte, de las que solía abrazar El Furia.
Podía –la máquina- cargarse a mano y sin mayor esfuerzo.
Aunque se desconoce el destino, se descuenta que la máquina ya está lista para ser minuciosamente examinada por los peritos que correspondan. Especialistas capacitados para traspasar la barrera de las imágenes que se borran a si mismas cada treinta días. Pero que mantienen invariables los registros informativos.
La Garganta insiste, aparte, en que los peritos programados deben esmerarse en las masticaciones registradas entre el 15 de diciembre de 2011, y el 15 de febrero de 2012. 

Podrán aparecer sonrientes las imágenes de los dos muchachos condecorados por la suerte, tan estrechamente vinculados a Mar del Plata, como el tercer hombre, Nariga, alias Nuñez Carmona. 
El Descuidista, que llegó a vicepresidente, y El Monotributista que condujo The Old Fund. Preludio de Ciccone, el escándalo que inició la debacle desaforada de La Doctora.
Afirman, hasta hoy, desconocerse.
Lo que se desconoce, al cierre del despacho, es si alguno de los dos optó por la milanesa con hueso. O se anotaron, acaso, en la vulgaridad de la hamburguesa.
                                         

                             Oberdán Rocamora  
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lunes, 12 de agosto de 2013

LA CALLE CERRADA DE LA DERROTA

Dos años para la Comisión
Liquidadora del cristinismo 



escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial
Para JorgeAsísDigital

Admirablemente, entre la derrota eufórica, La Doctora pone el rostro. Pero lo pone mal. Con palabras demasiado auto-indulgentes que rozan la patología. Con la insistencia en la visión auto-complaciente de su obra. Con la mitificación acerca de  “todo lo hecho, lo avanzado”.
        Conste que son logros que la sociedad ingrata no le reconoce. Como si se tratara de la horrible consecuencia de los influyentes medios perversos de comunicación.
        A La Doctora aún le cuesta entender qué le pasó
.
        Téngase en cuenta que ninguno de los inútiles que se le cuelgan del “Vestidito negro” cliquear puede explicarle los fundamentos de la inmolación electoral.
        O que, simplemente, fueron.

        En “El Pozo”, de Onetti


        Los errores le pertenecen exclusivamente a La Doctora.
        Perdió la iniciativa. Aunque, en realidad, se la despojaron. Como a una inocente activista primeriza que disputa un centro de estudiantes.
        No tuvo brújula, ni estrategia. Ni siquiera tuvo buena información. La mala praxis fue total.
        La pobre se deslizó en la desmesura de humillarlo públicamente a Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol. Hasta vaciarlo. Extirparle la legitimidad. Devaluarlo. Para tener luego que depender de él.

        Es precisamente la agresividad de esa diferenciación que lo mantiene a Scioli, en el furor de la debacle, sorprendentemente vivo. En condiciones de heredar la devastación. De quedarse con los restos del naufragio. O del quebranto.

        Tal vez La Doctora supuso que podía bancarse, a su lado, inmutable, la roca inerte de Boudou, El Descuidista. Como si desde aquel 54 por ciento, de 2011, hasta aquí, no hubiera ocurrido nada. Ninguna mancha, en Rolando.   
        O tal vez creyó en la eficacia del silencio para ningunear la inflación. O el rigor de la desastrosa (falta de) política energética.
         (¿Es verdad que se volvieron tres barquitos porque no había pelusa para pagarlos?
         ¿Es verdad que Gallucchio se les quiso profugar? Rajarse)
         Incluso La Doctora tal vez supuso que podía atenuar, sólo con el respaldo de su presencia, con la articulación del lenguaje, el potente festival de los valijazos transmitidos por televisión.
         El peso del dinero que, en el subsuelo del cristinismo, paradójicamente se pesa.
         Con semejante adversidad, entre tanta tensión arrebatada, con la geopolítica a la bartola y con los aplaudidores cautivos, La Doctora avanzó en el proyecto de cargarse al Grupo Clarín. Con las bravatas de Moreno y el gesto de pesado de Kicillof. Y con la virulencia de los artículos de la nueva Ley de Mercado de Capitales, que enarbola la Comisión Nacional de Valores. Vanoli Conducción.
         Con su vulnerabilidad a cuestas, La Doctora justamente se propuso demoler el  polo poderoso que simboliza la comunicación. Y que el marido extinto, El Furia, supo utilizar hábilmente –hay que reconocerlo- para imponer su hegemonía. Para gobernar, en la práctica, junto a Moyano, El Charol. El otro pilar. Al que obligó ,irresponsablemente, a partir, hacia la oposición.
         Divorciarse de Clarín, vaya  y pase. Bastaba la ilusión de suplirlo con la inutilidad de cuantiosos medios propios, que apenas consolidaban la moral de los convencidos.
         Pero desprenderse, en simultáneo, de Moyano, significaba sostenerse, en adelante, entre meros pilares presupuestarios. Pero forjados de barro blando.
         “Buscavidas, buscapinas de Unidos y Organizados”.
         Grandes ganadores de sueldos de La (Agencia de Colocaciones) Cámpora.
          Facilitaban la tentación del trasvasamiento generacional,  aunque representaban, en la práctica, la vía más efectiva para enterrarse. En el descenso.
         Hasta caer, desde las alturas de la pedantería hegemónica, en El Pozo de Onetti.

         En la ceguera del desbande altivo, La Doctora atinó a cargarse, también, de manera fundacional y épica, a la Justicia. Para “democratizarla”. Ya que no le habilitaba el apuro del triunfo judicial 
         (Curiosamente podía haberlo logrado sólo con respetar a la Corte, sin apretarla).

         Para completar el ciclo de tropiezos, La Doctora se embarcó en una alucinante negociación con Irán, que no supo explicarle a nadie. Y que fue ridiculizada hasta por los iraníes.
         En su camino hacia El Pozo de Onetti, La Doctora cayó hasta enredarse en la borrasca de imponer al General Milani, El Depurado en el Ganges
cliquear. Para incinerarlo. Justamente cuando también abría otro conflicto absurdo, contra sus propios servicios de inteligencia.
          (¿Es verdad que le puso tarjeta roja al Espía que llega de Abril, sólo porque fue cómplice en las aventuras brevemente donjuanescas del marido?)
          Una guerrita de final incierto. Sobre todo cuando trascienden los diversos episodios de aprietes memorables. Con cachetazos en algún subsuelo.
          O cuando crece la indignación, ante la frialdad de algún ajusticiamiento. Programada ejecución. Mero asesinato. ¿El Lauchón?.

         La magnitud de la épica le sirvió a La Doctora para terminar enredada en los operativos de inteligencia más berretas.
         Asaltos televisados, con silenciador.
         Para dejarse arrastrar, sola, hacia la calle cerrada de la derrota.
         Sin salida.


          Comisión Liquidadora
         
         En el arrojo de dar la cara, ante la adversidad, La Doctora también le erra.
         Cuando intenta el análisis político. Por la facilidad de comparar, la calle cerrada de su  derrota, con la derrota del extinto en 2009.
          Cuando todavía había espacio para la recuperación, que El Furia, desde el piso, lo supo aprovechar. Aún creía disponer de carretel para ser el candidato presidencial en 2011. Por si no bastara, estaba también latente la posibilidad de la reelección de La Doctora.
         Significa confirmar que en 2009 la continuidad era algo más sólido que una ilusión.
         Está derrota de 2013 implica la representación exacta del final.
          Porque hoy se carece de espacio hasta para justificar la desmesura voluntarista de la señora Conti.
          O del Ex Superministro De Vido, que insistía por los beneficios de la continuidad. Con mejores fundamentos. Su preocupación era lógica. Extensiva a sus “buenos muchachos”.
          (¿No es cierto, Baratta?. Olazagasti. Espinoza. (siguen las firmas).
        
          Quedan dos años por delante. Debieran institucionalmente funcionar como una polea de transición. Como si La Doctora ahora presidiera una Comisión Liquidadora del Cristinismo.
           Para cubrir alguno de los severos desastres que La Doctora deja, en cada uno de los focos del poder aniquilado.
           Tienen que ver, concretamente, con el manejo del Gorro Frigio. Del Estado.
           Se extienden desde la política exterior hasta la salud, el dispendio de la solidaridad y la economía.
           Desde la falta de energía, y de dinero para pagar los barquitos, hasta atender el descalabro anunciado de YPF. (Donde a la Tía Doris le cuesta impedir la idea de rajarse del pobre Gallucchio).
           O los desbordes del ANSES. O la irresponsable fiesta del Dinero Ducto de Aerolíneas Argentinas. De Enarsa.

           Consultora Oximoron anuncia una serie de informes relativos a La Herencia del Cristinismo. Lo que deja, lo que queda después de la devastación.
           Más allá de las internas lacerantes que actualmente se libran, hasta hoy, sin trascendencia. Más allá de las divisiones y de la ineficacia de los relatos.
          Sin indulgencia. Pero también sin crueldad.
       
           Parábola de la perforación

          Nada que ver, por lo tanto, con aquel retroceso transitorio de 2009.
           Resiste, con mayor densidad, alguna comparación con 2005.
          Se asiste al cierre perfecto de la parábola.
           En 2005, con La Doctora, Kirchner le perforó la provincia a Eduardo Duhalde, El Piloto de Tormentas (generadas). Aquel equivocado que precisamente los instaló en el podio de presidenciables.
           En 2013 es Sergio Massa, La Rata del Tigre, Aire y Sol II, el que le perfora la provincia, en cuarenta días, a La Doctora. Es quien había elevado a Massa para jugar en la gran liga, en su condición de Premier. Puesto por ella, en el primer plano. Para que después le perforara la provincia inviable, que simboliza numéricamente el poder.
           Por último, un tema parroquial. Resta reconocer el trabajo de Consultora Oximoron, que blinda con sus informes al Portal.
           Sugerir la relectura de “Triunfa la Franja de Massa”, cliquear
, donde se anticipan, también, los 7 Samuráis que continúan vivos. En condiciones de heredar la desolación moral que lega el cristinismo.
           Massa, Scioli, Cobos, Binner, De la Sota, Macri y la señora Carrió.

           Oximoron anticipó los resultados cuando el Frente Encuestológico de la Victoria instalaba la idea sellada de la paridad.
           También leer, de paso, “Gana Massa, el benefactor de Scioli”, O “Tigre, Tierra Santa”, cliquear también
.
           Es apenas el reflejo de una lectura acertada de la información disponible.
           Méritos, acaso, del periodismo artesanal.           
          
                                                                    Oberdán Rocamora



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