miércoles, 28 de enero de 2015

Adelantamiento en el Neuropsiquiátrico

Ahorrar un año de decadencia, deterioro, retroceso y desvarío.

Adelantamiento en el Neuropsiquiátricoescribe Carolina Mantegari
especial para JorgeAsísDigital
“Opera para la embajada”.
Lo agravian, por internet, los contratados vocacionales de Parrilli, El Incomparable Godfrey.
Pero es probable que “Asís opere para Scioli”.
Porque, si sugiere la conveniencia de adelantar las elecciones presidenciales, es para beneficiar al líder de la Línea Aire y Sol, que sólo puede ganar en primera ronda.
“En segunda Scioli pierde, es boleta con cualquiera”.
Entonces Scioli necesita voltear las PASO. Y que los desastres instalados que arrastra La Doctora lo perturben menos. Amenazan con ser crecientemente implacables.
Como en el fondo Asís “es un peronista”, para los antiperonistas sólo quiere que el peronismo, con el adelantamiento, tenga mejor suerte.
En realidad, si se analiza la problemática con rigor, es a Massa, el Titular de la Franja de Massa, a quien le conviene la utopía del adelantamiento.
Porque Massa puede aprovechar el crédito que le queda del resonante triunfo de 2013. Éxito que tiene el riesgo de evaporarse. Por sus dificultades lógicas para el armado. Por los previsibles inconvenientes financieros.
A Massa le clavaron con eficacia la invención del estancamiento.
Ocurre que en el Neuropsiquiátrico la política se hace desde la gestión. Y hasta se financian con derivaciones de la gestión misma. Subproductos cínicamente admitidos del manejo presupuestario.
Pero Massa no tiene el manejo de una provincia, como Scioli (así se trate de la provincia inviable). Ni siquiera cuenta con la obediencia de los caudillos dóciles del peronismo que se dejan humillar, contranaturalmente, por Zannini, El Cenador, que les escribe el machete de lo que deben decir. Con indicaciones de La Doctora.
Tampoco Massa tiene detrás la fuerza del manejo de la jefatura del Artificio Autónomo.Adelantamiento en el Neuropsiquiátrico Tiene apenas una miserable diputación, y una nutrida “Armada Brancaleone” que lo sigue (puntualizarlo significa sospechar que Asís “opera para Massa”).
Sin embargo, si se toma el adelantamiento con un enfoque chiquito y coyuntural, el más favorecido es Mauricio Macri, El Niño Cincuentón.
Sin despeinarse, mientras les hace caso a Jaime, El Equeco, y a Marquitos, El Pibe de Oro, Macri gana en el análisis político la carrera enjabonada del sucesor. Aunque no le alcanza para ganar en el territorio.
Aún Macri no tiene completamente cerrado el acuerdo con los radicales de la estantería. Pero el adelantamiento podría precipitarlo. El Niño Cincuentón es el beneficiario directo del desgaste explicablemente cotidiano de La Doctora. Por lo tanto “es altamente probable que Asís haya cerrado con el macricaputismo”.
En cambio, por cuestiones afectivas, tal vez Asís opera la tesis del adelantamiento para favorecerlo a José De la Sota, El Cuarto Hombre.
Se lo ve con frecuencia junto a reconocidos baluartes del “delasotismo”. Aparte, tiene al tío Plinio radicado en las sierras, precisamente en Punilla, los pagos del gaucho Caserio.
De últimas, pese a ser un portador insano de neoliberalismo explícito, en el fondo Asís “mantiene melancólicamente su corazoncito bolche”. Debe operar para Jorge Altamira, El Trotsko Enciclopédico.
Desde la izquierda puede explotarse, con mayor celeridad, el Efecto Syriza-Tsipras, de Grecia. O el Efecto Podemos-Iglesias, de España. Para transformar el vacío inmaterial del capitalismo en una oleada a favor de la izquierda saludable y adolescente.

Analfabetismo funcional

Adelantamiento en el NeuropsiquiátricoEn realidad, para Asís, en su utopismo, el adelantamiento electoral presenta un sólo beneficiario. Es la Argentina. El Neuropsiquiátrico.
Consta que le da la razón al Papa Francisco cuando dice que La Doctora debe llegar al final. Sólo que, para ayudarla mejor, corresponde acercarle en cinco meses la línea de llegada.
Pero los “enternecedores choripaneros de la comunicación” de “6, 7, 8″ quieren cobrar el salario hasta diciembre. Y “los desperdiciados” de Tiempo Argentino, los gurkas de Szpolsky y Garfunkel, lo toman como una provocación. Y los nabos innumerables, graves analfabetos funcionales, lo toman como golpismo.
El propósito, en la práctica, consiste en ahorrarle otro año perdido al Neuropsiquiátrico.
Por los carriles normales que se van a utilizar, con la colectiva masturbación de las PASO, y de la primera y segunda vuelta posterior, se llega al dichoso cambio de gobierno (o a la reconfirmación del modelo a través de Scioli, o en menor medida de Randazzo) recién en diciembre de 2015. El nuevo (o el mismo) gobierno no podrá implementar ningún plan mínimamente atendible hasta marzo de 2016.
El verano sirve, en el Neuropsiquiátrico, para rosquear, desestabilizar, asesinar. Nunca para construir.

Mientras esté La Doctora

Con el país catastróficamente dividido, enfrentado, en la lona, aislado y sin la menor credibilidad -externa ni interna-, en default y desacatados, en la plenitud del naufragio, con el desvarío de la guerra entre espías (las Servilleta’s War, cliquear), y ahora con la carga del muerto expresivo que destruye la legitimación moral, lo más aconsejable es hacer la plancha.
Adelantamiento en el NeuropsiquiátricoQuedarse tranquilo, en el molde. Vivir a control remoto, gastar lo necesario. En punto muerto. Dilatar sin arriesgar. Retroceder. Durar.
Según criterio extremo de Asís, el cuento del inversor extranjero es sólo efectivo como chicana.
“Nadie, mientras siga La Doctora, va a poner un mango en la Argentina”, teoriza. “Menos aún si los argentinos no estamos dispuestos a poner, al menos, una parte mínima del canuto”.
La Doctora se encuentra patológicamente sostenida por los pasivos que sacan. Mientras hostiga y maltrata a los que ponen, que le desconfían y, a esta altura, colectivamente la detestan. Son los que deberían poner más de la que ponen, y es razonable que no la quieren tirar.
De existir una mínima credibilidad. De contar con la perspectiva de algún gobierno viable, la pondrían. De a poco. Sin exagerar.
Mientras esté La Doctora sólo el chino conquistador o el ruso oportunista podrán racionalmente poner alguna moneda.
Son los que encaran un riesgo mínimo en el Neuropsiquiátrico signado por la sospecha, tomado apenas como una atractiva mesa de saldos (cliquear).
Los chinos, precisamente, cumplen una digna función cultural. Son los que nos van a hacer revalorar, incluso, hasta a los españoles.
Ante la ingobernabilidad, Alfonsín, El Providencial, adelantó su partida y quedó en la historia como el gran demócrata.
Adelantamiento en el NeuropsiquiátricoDuhalde, El Piloto de Tormentas (generadas) también acortó, sin completar el mandato que le hubiera correspondido a De la Rúa, El Siestero.
Y en el Neuropsiquiátrico congelado, en cuesta abajo, mientras La Doctora continúe en el poder, la gobernabilidad sólo se mantiene por la paciencia infinita de la sociedad. Y sobre todo por la alarmante comodidad del opositor light, que actúa con la prudencia insuficiente que les marcan sus consultores equivocados.
Con un mínimo sentimiento de patriotismo, y en beneficio de su salud tan vulnerable y vulnerada, La Doctora -que aún acapara la iniciativa- podría encarar la iniciativa de anticiparse. Una osadía que nunca va a plantearle ningún opositor del muestrario complaciente, acostumbrado a funcionar a partir de la explotación de los errores.
Lo que Asís sugiere, en definitiva, es eliminar la pedantería de las PASO. Una costosa e innecesaria duplicidad que nos traba en medio del hartazgo. De la desesperada sensación de debacle que impera en el Neuropsiquiátrico. Para ir, directamente, hacia las presidenciales en Mayo. A los efectos de organizar la invariable segunda vuelta en junio, y realizar el cambio de banda en julio.
Adelantamiento en el NeuropsiquiátricoAl elegido se le debiera brindar un margen amplio de gobernabilidad. Para que aplique de inmediato los planes, las ideas -si es que las tiene- para producir la renovación del ánimo que se le reclama. Para ahorrarle, al Neuropsiquiátrico, un año entero de decadencia y desgaste, de enfrentamientos, papelones y rencores, con los deseos lícitos de venganza cíclica, que se contienen y extienden.
Carolina Mantegari
para JorgeAsisDigital.com
permitida la reproducción sin citar la fuente.
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sábado, 24 de enero de 2015

NISMAN EN LA ARGENTINA CONGELADA

Versatilidad para el desconocimiento,
      la improvisación y la falsedad



escribe Jorge Asís 
especial para JorgeAsísDigital

                  París, especial        
 

                 La versatilidad para el desconocimiento de la interna de Medio Oriente logra que en la Patria prosperen las teorías más demenciales.
               Argentina se quedó congelada entre muertos de hace cuarenta años.  Y padece los malentendidos de una situación interna en Medio Oriente de veinte años atrás.
               
Tal vez Estados Unidos hoy no hubiera necesitado tanto demonizar a Irán como en 1994. Ahora comparten el mismo enemigo. Es Daech, más conocido como el Estado Islámico.
                La irrupción de Daech altera las interpretaciones plácidas de las cancillerías de occidente. Las somete a desafíos informativos e interpretativos, mientras sus sociedades se escandalizan por la mediática brutalidad que impone el Califa Abu Bakr Al Baghdadi. Como arrojar al vacío a los homosexuales. O matar en público a una adúltera. O fusilar adolescentes por mirar un partido de fútbol por televisión. O decapitar rehenes a canilla libre (al cierre del despacho se aguarda que rueden dos cabezas de japoneses). 
               Al margen de la bestialidad, las cancillerías constatan que Daech, con su sunnismo radicalizado, desplaza de la centralidad a Israel-Palestina y su problemática. Ya el Medio Oriente no oscila alrededor del instalado conflicto.           
              Territorialización de la jihad 


                Daech, incluso, se convierte en una amenaza para quienes financiaron, en un principio, en Siria, a los combatientes contra Bashar. Como Arabia Saudita. Y aporta un elemento nuevo que desubica, y sobre todo debilita, a las distintas franquicias de Al Qaeda. 
                Es la territorialización de la jihad.
                Ya no se trata de crear focos de tensiones, ni de generar pánico o caos. Daech se consolida en un amplísimo territorio que unifica a los sunnitas humillados de Siria e Irak. Y explota zonas petrolíferas y hasta vende sin graves inconvenientes morales su producto. Y lo más grave, trata de convertirse en el tercer gran actor que torne aún más complejo el panorama.
                 En adelante, ya no se debate la problemática entre el Irán persa y chita y la Arabia Saudita rigorista y sunnita.
                  La territorialización de Daech, sumada a la condición ganada de enemigo principal del "satán americano", emerge como una atracción para los islamistas radicalizados de occidente que ingresan, como por un tubo, a través de Turquía.
                  Hoy Irán y Estados Unidos se aproximan a través de los horrores del enemigo común, mientras Israel aceita, cada vez con más intensidad, sus vínculos con China. Como la Argentina. Aunque con menor tendencia hacia la improvisación.
             

Servilletas war

               El fiscal Alberto Nisman, abocado exclusivamente a la investigación del atentado contra la Amia, es el exponente de la tesis de la justicia nacional que culpabiliza a Irán. Y que tuvo el respaldo, por órdenes superiores, de la Secretaría de Inteligencia, con el aporte ideológicamente significativo de la CIA y el Mossad, que se renovó mientras se sucedían los presidentes. 
               Pero cuando se produce el disparatado viraje argentino, se desata, en simultaneidad, la guerra de las servilletas, o las “servilletas war”. Y queda Nisman desubicado, como la propia SI. O sea la Secretaría que, con la carátula de Icazuriaga, Corazón de Ballena, y del Paco Larcher, El Espía que viene de Abril, comandaba en la práctica El Ingeniero. Es el personaje mítico que otros llaman Jaime, Jaimito o Stiusso, y a quien La Doctora, junto a los estereotipados cancerberos del cristinismo, quieren tirarles el muerto. O sea a Nisman. 
              Es precisamente Jaimito quien descubre, según nuestras fuentes, las vinculaciones de una inteligencia y cancillería paralela, que protagonizaban seres tan pintorescos como audaces. Desde D’Elía, El Falso Negro, hasta Esteche, El Escrachador. Y Jaimito se da cuenta también que lo tenían penetrado a través de El Francés, que directamente respondía a los buscapinas que se apostaban en la Casa Rosada. Pero también integraba la banda paralela el propio canciller Timerman, El Ruso de M. Es quien en la causa perdida del cristinismo ofrendó hasta su identidad. Y lo peor es que el pobre creía, según nuestras fuentes, que el acuerdo con Irán era positivo para el esclarecimiento del atentado.
              Puede constatarse entonces que Timerman, ante todo, pudo ser un torpe. En realidad, lo fue.
              Pero la torpeza en la diplomacia suele ser imperdonable. 
              Acordar con eI Irán de Mahmud Ahmadinejad era lo mismo que arreglar algún tema con la Argentina del general Bignone en setiembre de 1983.
             Por su fantástica impericia, La Doctora iba a quedarse pegada con Ahmadinejad. Es el alucinado que pretendía arrancar a Israel del  universo como si fuera un racimo de uva chinche que cuelga en la parra. Y todo para hacerle un favor al extinto Chávez, mientras Rohuani, el sucesor cantado de Ahmadinejad, arreglaba con Obama hasta el tema nuclear.
             Pero nadie se lo advirtió a La Doctora cuando, en su amplia versatilidad para el desconocimiento, se lo reprochó a Obama, en uno de los momentos más reprobables de la historia diplomática argentina. Cuando La Doctora, en su desatino invariable, hasta comprometió al Papa Francisco, que es acaso el máximo apoyo que tiene para llegar al final, pese a sus horrores. 
             Hay que estar de acuerdo con Francisco. Sólo que, para ayudarla mejor, habría que acercarle a La Doctora la línea de llegada.
             Pero estados Unidos e Irán se aliaban ante la aparición del nuevo enemigo. Daech. 
              Inconvenientes de analizar una realidad dinámica con la vocación exclusiva por la historia estática.
              

               La tragedia de Nisman

              Lo que pudo haber sido un episodio apenas payasesco de nuestra (falta de) política exterior derivó en una tragedia. El asesinato del fiscal Nisman, justo el día anterior de la presentación en el congreso. De la denuncia acaso excesiva que involucraba a La Doctora, y a la banda de marginales que utilizó para enlodar, aún más, a su administración.
             Fue el turno del festival de dislates e improvisaciones que amenazan con llevarse puesto su gobierno.
              Queda por suerte sostenido por la limitada paciencia de una sociedad de reflejos controlados, y por la persistencia de una oposición que parece estar más cómoda en su estado pasivo. En su estado –digamos-  caniche. Una oposición inofensiva y envuelta que se acostumbró a funcionar sólo a través de la explotación de las equivocaciones de La Doctora. Que es quien  mantiene, en sus peores momentos, la iniciativa.
             
El asesinato del fiscal Alberto Nisman conmueve y enluta a la sociedad argentina y despoja al gobierno de La Doctora de legitimidad moral.
            El Caso Nisman hoy es mucho más gravitante que su investigación.
             Nadie lo veía al doctor Nisman con muchos deseos de suicidarse. Al contrario, aparecía como bastante acelerado y saludable. Se registró probablemente un exceso de "tapones de punta". Los políticos y los enternecedores periodistas encuadrados se obstinaron en demostrar que Nisman –un “pobre muchacho”- se suicidó porque no podía bancar la parada.
             En el hundimiento, entre el grotesco y el bochorno La Doctora hizo incinerar hasta a su máxima fortaleza. Sus diputados, numéricamente suficientes para aprobar la demencialidad que fuera.
             Infantilmente los diputados  descontaron, de frente a los televisores, la tesis de la inducción al suicidio. Mientras lo que necesitaba saber la sociedad era por que habían asesinado al fiscal que en bloque descalificaban.
             Debían cuidarlo a Nisman como si fuera de cristal. Que ni siquiera se les resfriara.
             Por incompetencia, deben hacerse cargo, ante la historia, del muerto.  
   
               
                                                                    

                                              Jorge Asís
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Posted on 16:05 | Categories: