lunes, 29 de septiembre de 2014

Argentina en mesa de saldos

Imposturas para el desplazamiento. Desde Estados Unidos hacia China y Rusia.

Argentina en mesa de saldosescribe Osiris Alonso D’Amomio
Geopolítica, especial
para JorgeAsísDigital
A través de sus imposturas, La Doctora acapara la iniciativa y puso de moda la política internacional.
Tratar (las imposturas) con rigor implica regodearse. Incitar a la compasión colectiva.
Pero en diplomacia, los hechos (como los gestos, tonos y formas) expresan posicionamientos. Sin que sean, necesariamente, programados por quienes los producen.
Se asiste, en la práctica, a un cambio sustancial en el sistema de alianzas de la Argentina. El desplazamiento es forzado pero explícito. Desde la adscripción tradicional de lo que se conoce como occidente -Estados Unidos y la Unión Europea- hacia la preferencia por asociarse con dos potencias que cuesta tildar de emergentes.
Durante la trágica competencia comunista, Rusia y China mantuvieron las tensas distancias, en relaciones que se racionalizaron a partir del capitalismo casi salvaje. Pero redituable.
Argentina en mesa de saldosEn Shanghai, en mayo de este año, Rusia y China avanzaron en una asociación estratégica integral. En la ilusión de gestar una moneda común. Un proyecto que las dos potencias mantienen en conjunto con los países denominados BRICS, con Brasil, India y Sudáfrica. Junto a la creación del nuevo banco de inversión, exhiben el propósito de detener la marcada hegemonía del dólar, y en menor medida del euro. Y atenuar la importancia del Banco Mundial.
Dos obras monumentales brindan la magnitud del entendimiento. La construcción del gasoducto que facilite el traspaso de gas desde Siberia hasta Pekin. Un acuerdo de 400 mil millones de dólares. Por 30 años de energía garantizada.
Por otra parte China, con la obvia cooperación rusa, encara la construcción del nuevo canal de Nicaragua. Para monopolizar su manejo durante 50 años, renovables por otros 50 más. Una inversión de 40 mil millones de dólares que cambia la geografía de América Central, y flexibiliza el paso de las mercaderías, del petróleo y eventualmente de armas entre el Atlántico y el Pacífico. Se inicia la obra en diciembre.

Interpretación de superficie

Argentina en mesa de saldosPrecisamente a partir de esta introducción debiera tratarse la sobreactuada crítica hacia los Estados Unidos que impulsó la señora presidente Cristina Fernández, La Doctora. En el plenario retórico de la Asamblea coral de Naciones Unidas, pero sobre todo también en el ámbito del Consejo de Seguridad. Donde suele respirarse el aire del poder mundial. Y donde China y Rusia, por su condición de miembros permanentes, traban la hegemonía de Estados Unidos y los selectos países de Europa, vencedores de una guerra que ya carece de vigencia.
La interpretación de superficie de la exposición presidencial se agota con rapidez. Basta destacar la combinación del resentimiento con la soberbia, que signó la tonalidad de La Doctora.
La impostura se justifica en el fuerte pretexto que sirve de base para el alejamiento. Para la inesperada -y acaso desubicada- toma de distancia crítica.
La sensación de abandono de los Estados Unidos. Por no resolverle, a la Argentina en problemas, los padecimientos que La Doctora equivocadamente descontaba que Obama le debía resolver.
Una manera frívola de entender la solidaridad. Admitía entonces la reacción adolescente del reproche.
Para legitimar el grotesco basta con la síntesis. Por ejemplo: “como Obama no pudo obligar al juez Griesa a favorecerla, ni persuadir a la Corte para que tomara el caso argentino, La Doctora decidió pulverizar la metodología aplicada pos Estados Unidos en Medio Oriente”.
O peor aún: “Como Obama no puede controlar al buitre Paul Singer, La Doctora condena la ejecución de Bin Laden y hasta pone en duda las decapitaciones del Estado Islámico”.
Argentina en mesa de saldosPuede entenderse como un vulgar cuestionamiento unilateral. Por su propia cuenta y con riesgos, ya que se trata de la más alta representación del país que impugna al presidente de la máxima potencia de la tierra. Para colmo, con la confesada carencia de rigor informativo, lo cual descalifica a la cancillería que debería nutrirla. Y con la transmisión de la ensalada de datos digestivos sin asimilar. Mezcla de voluntarismos teóricos con barbarismos conceptuales.

Fuera de agenda

“No está loca, sólo está equivocada”, cliquear. Se insiste en la tesis aquí desarrollada.
Acaso La Doctora se encuentra lanzada a la consolidación de una nueva agenda. Así como busca (y lo peor, encuentra) segundas intenciones dónde se le ocurra, es legítimo sospechar también de su comportamiento. En todo caso, hasta para absolverla. Explicarla. Cederle un contenido racional a sus papelones.
La andanada de rencores y olímpicas arbitrariedades hacia los Estados Unidos oculta, por lo tanto, otro objetivo. Enrolarse en un nuevo juego de alianzas.
Para tallar en geopolítica, para ser tenido en cuenta por los poderes centrales, hoy no basta con disponer de alguna articulación intelectual. Ni siquiera debe contarse con un producto bruto que respalde.
Argentina en mesa de saldosBasta con la situación geográfica. Con el atributo de la inagotable producción alimenticia (hoy estancada). Y con la capacidad energética digna, al menos, de evaluarse. Aunque diste de tratarse de la “nueva Arabia Saudita”, necesitada de una inversión que, por desconfianza, aún no atrae.
Para Estados Unidos, la Argentina actual, con su agonía ambiciosa y prepotente, se encuentra fuera de la agenda.
Tampoco cuenta para los aliados principales de la Unión Europea. Significa confirmar que no es mera invención de la paranoia la desaprobación de Alemania. Ya que Argentina -para Alemania- vive por encima de sus posibilidades y no cumple con sus compromisos. En otras palabras, gasta más de lo que se produce y recauda, aunque se prefiere trasladar, con relativa inteligencia, el desastre administrativo hacia la comunidad internacional. Y responsabilizarla, por si no bastara. La audacia es infinita.

El rol de Chávez

En la práctica, con sus imposturas La Doctora suple, en el subcontinente, el rol que cumplía Hugo Chávez. El bolivariano extinto y locuaz que humilló, junto a Néstor Kirchner, El Furia, otro extinto, a George Bush junior, en la catastrófica contracumbre de Mar del Plata.
Comparativamente, con un presupuesto menor, y sin hacerse cargo del gasto, La Doctora lo humilló a Obama de manera equivalente.
Argentina en mesa de saldosAsí como Chávez y Kirchner -con la distante especulación de Lula- le voltearon a Bush la sepultada motivación del ALCA, con un despliegue de palabras La Doctora se permitió impugnar en Nueva York el manejo de la política de los Estados Unidos en Medio Oriente.
Con rencor y altivez, La Doctora fue más cruel con Obama que Chávez con Bush, a través de aquellas bromas inofensivas que aludían al azufre para espantar al demonio.
Vladimir Putin, el zar, y Xi Jinping, el mandarín, símbolos máximos del poder de Rusia y de China, firmantes de los colosales acuerdos de Shanghai, con escasa diferencia de días pasaron por la Argentina que estaba en oferta, casi regalada en la mesa de saldos, a precio de liquidación. En el marco de una guerra incierta que aún no se encuentra estampillada como fría. Ni siquiera como tibia. Con Brasil ya controlado, entre los BRICS, Argentina pasa a ser una ficha lo suficientemente importante. Ideal para sumarla. Es atractiva y barata. Y está disponible para quien se decida a bancarla. Con el contrapeso de los argentinos adentro.
Para la competencia que se diseña entre las dos cancillerías que pesan, en Beijing y en Moscú, la inversión es comparativamente intrascendente. Y se sabe que las oportunidades siempre deben aprovecharse.
Osiris Alonso D’Amomio
para JorgeAsisDigital.com
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Sin Plan de Lluvia

MAURICIO, SERGIO Y DANIEL (3ra.Época): Macri, Massa y Scioli en “la suya”. Como si fueran días de normalidad.

Sin Plan de Lluviaescribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial
para JorgeAsísDigital

Introducción
El buen final

Ninguno de los tres que aparecen en pantalla (cliquear) tiene un Plan de Lluvia preventivo. Por las probables tormentas que puedan precipitar cambios severos en la escenografía.
Los tres arman sus estructuras como si transcurrieran días de estricta normalidad.
Por silencio, recato u omisión, los tres están envueltos en los papelones internacionales que La Doctora produce.
La Doctora dejó arrastrar al país hacia el descenso del default. Hasta situarlo al borde del desacato. Y transformarlo en poco menos que un estado paria, que busca (y encuentra) solidaridades inútiles y fáciles.
Los tres distan de impresionarse en público por los disparates emitidos por La Doctora en el Consejo de Seguridad. Con una mezcla de resentimiento y egolatría. Complementa, en un plano superior, los dislates cotidianos de Capitanich, El Premier. O de Kicillof, El Gótico, que es el próximo en ser -según nuestras fuentes- “capitanicheado”. Instrumentado para sostener las posiciones menos defendibles.
Mientras tanto el dólar, con su ascenso, refleja la carencia total de credibilidad. Como las “malas ondas” de los despidos. La inflación que atropella.
Sin embargo, cada uno de los protagonistas de la consagrada miniserie (“Sergio, Mauricio y Daniel”) sigue en “la suya”.
Los tres necesitan que La Doctora no naufrague. Aunque su buque embista irresponsablemente contra las rocas y los acantilados.
Sin Plan de LluviaComo Francisco, el Papa (también) Envuelto, los tres necesitan que La Doctora llegue con aire al final.
Aunque, a esta altura, deba rezarse para que sea Francisco quien tenga “el buen final”.
Osiris Alonso D’Amomio
Director/Consultora Oximoron
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Sobre el sistema agotado

En PRO -expresión institucional del macricaputismo- abunda la euforia. Cuentan con encuestas que lo dan primero a Mauricio, El Niño Cincuentón, hasta en Buenos Aires, la provincia inviable. En ciudades emblemáticas como Pergamino o Bragado. Pero también encabeza -se ufanan- en el conurbano.
Cada uno de los tres le tira al adversario encuestas de indemostrable veracidad.
Lo cierto es que en el macricaputismo se agrandan. Al extremo de creer, entre tanto entusiasmo interesado, que ya ni siquiera les hace falta arreglar con los apetecibles radicales. Porque pueden ir solos. Por lo tanto instalan con anticipación la fórmula Macri-Michetti. Pero es para beneficio sucesorio de Horacio Rodríguez Larreta, El Carismático de Pompeya, que está apenas dos puntos por debajo de la señora Gabriela Michetti, La Princesa de Laprida.
Sin Plan de LluviaLa simpleza oculta una verdad compleja. La conclusión que si van solos, si no llevan en un frente a sus propios radicales, pueden salir “terceros cómodos”.
“O cuartos”, confirma un peronista desairado, partidario de encarar el frente con el PRO. “Aunque me interesa mucho más Mauricio que el PRO”. Lo dice bastante decepcionado. Al definir que “Mauricio se equivoca con el antiperonismo que le metieron”.
Es consecuencia de la evaluación científicamente apresurada. Suponer que el sistema político, que sostiene a radicales y peronistas, estalló. Porque se trata de un sistema que, en la práctica, está agotado.
El PRO percibe la ruptura del sistema que lo contiene a Daniel, Líder de la Línea Aire y Sol. “Es sistema puro”. Pero que lo mantiene a medio camino a Sergio, El Renovador de la Permanencia.
“Sergio es parte de lo nuevo, pero se amolda a lo viejo. Recibe referentes de lo viejo”, confirma la Garganta.
En la construcción del sofisma que marca el agotamiento del sistema, los macristas se premian a sí mismos. Se reservan la hegemonía de representar “lo nuevo”.
“Están en p…”, impugna el peronista desairado.

Peronistas originarios

Pero la variable antiperonista, que se extiende como un manto en el PRO, desubica a los “peronistas originarios” que se aferran a la misma congregación.
Sin Plan de LluviaConsta que no es el caso de Santilli, El Colo, que “mojó bien” como senador. Se alude especialmente a Cristian Ritondo, El Potro. Un peronista cultural de barrio, discípulo aventajado de Miguel Ángel Toma. El Potro Ritondo se apresura, en apariencias con el aval de Mauricio, a largar su candidatura a sucederlo como Jefe de Gobierno. Aunque sabe, según nuestras fuentes, que El Elegido por Mauricio es Rodríguez Larreta.
Por su parte, El Carismático de Pompeya lo aguarda a Ritondo para cotejar, como si fuera un sparring, en una interna. Con la certeza de saber que, para ser el sucesor, a Larreta no le basta con el dedo exclusivo de Mauricio. Tiene que ganarle a alguien. Y en lo posible no cotejar con Michetti, La Princesa que hoy lo supera, por dos puntos.
Entonces un peronista como Ritondo para Larreta es el sparring ideal. Justamente cuando barren a los peronistas como si fuera un polvillo molesto, debajo del manto. Aunque con los peronistas nunca se sabe. Desde aquí se sugiere no desairarlos. Ni cederles motivos para enojarlos. En cualquier momento El Potro podría interesarse en la idea latente de saltar hacia la Franja de Massa. Como si Ritondo fuera otro Insaurralde, pero de la Capital.
Ocurre que Sergio es el enemigo real que Mauricio comparte con La Doctora. Y aparte Sergio actualmente compite con Mauricio por quedarse con el amor pragmático de los radicales.

Amor de radicales

Después de mucho trajinar y seducir, Mauricio debe cuidar que Sergio, al acecho, no le sople la joya, Ernesto Sanz, La Eterna Esperanza Blanca, que cuenta con el atributo de medir poco.
Sin Plan de LluviaSanz emerge como el yerno ideal que anhela tener cualquier suegra con propiedades. El vicepresidente potencial que se obstina en lanzar, a la indiferencia del mercado, su propio producto presidencial. El de Sanz mismo. Para brindarle un poco de color a la devaluada trascendencia de Los 5 Latinos del Frente Unen (cliquear). Con la señora Carrió, La Demoledora, cada vez más sospechada (ampliaremos). Hoy está casi adentro del macricaputismo, que acaso próximamente sea el nuevo objetivo de destrucción. Con Solanas, el Dirigente Universitario, entre las nubes desconcertadas del nacionalismo de izquierda. Y con Cobos, El Malvinero Sentimental, en una alianza ya cerrada con el John Wayne de El Hombre Quieto. Hermes Binner, que no se resigna a ser el número dos. Y Cobos extiende también lazos auspiciosos con Sergio. Es la plenitud de La Política Swinger, cliquear.

Final con El Milagro Daniel

Milagrosamente, en el primer plano de la pantalla, aún se mantiene Daniel. Identificado ahora como La Maceta Naranja. Por la enojada inspiración de la señora Karina, que se indignó al enterarse que el Líder se había fracturado. La clavícula, pero no el proyecto.
Para Daniel es cada día más difícil sostenerse porque los patovicas de La Doctora presionan sobre los peronistas que se obstinan en apoyarlo. Sobre todo si tienen alguna entidad, y algo del preciado territorio. Los patovicas no vacilan en prometerles ventajas, y de sugerirles que apoyen a algún candidato más aceptable para La Doctora. Por ejemplo a Domínguez, El Lindo Julián, o preferiblemente a Urribarri, El Padre del Marcador, el cristinista perfecto. O aunque sea a Randazzo, El Loco de la Florería, al que La Doctora tampoco aprecia.
Sin embargo, pese a sus arrebatos de autoridad, al mantenimiento de la iniciativa, La Doctora no logra, hasta el cierre del despacho, quitarse de encima al Milagro Scioli.
Ella está sostenida por los Buscapinas de Unidos y Organizados, que tienen más requerimientos que votos. Y por lo único relativamente vivo que le queda. La (Agencia de Colocaciones) Cámpora. Cuenta además con el apoyo transitorio del Justicialismo Vegetal. Pero a esta altura ya debe aceptarse que el apoyo fundamental procede de Francisco, el Papa Envuelto. Más máximo sostén que el propio Máximo.
Sin Plan de LluviaCuriosamente es Francisco, también, quien puede detener, en su envoltorio, el esmerilamiento cotidiano hacia Scioli.
Entonces representa un milagro que Daniel haya llegado hasta aquí, con “su fe y esperanza y siempre para adelante”. Y es el mismo milagro que logra mantenerlo, a pesar del desgaste, en el centro de la pantalla. Junto a Sergio y Mauricio. Los tres, en la miniserie, con final de bandera verde y sin ningún Plan de Lluvia. Como si no tomaran consciencia de la oscuridad. Ni de los nubarrones.
Oberdán Rocamora
para JorgeAsisDigital.com
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martes, 23 de septiembre de 2014

El General y El Cardenal

Perón hizo con los montoneros lo que Francisco hace con los anticristinistas.

El General y El Cardenalescribe Carolina Mantegari
Editora del AsísCultural
especial para JorgeAsísDigital
“…la experiencia de nuestra época demuestra que los príncipes que han hecho grandes cosas no se han esforzado en cumplir su palabra…” Denis Jeambar e Yves Roucaute, de “Elogio de la traición”

Para el universo sorprendido es Francisco, El Papa providencial. Es el austero predicador de la paz, gestor del reencuentro indispensable de las grandes religiones monoteístas. El estadista que envía lazos generosamente históricos hacia China, a través de Ricardo Romano, el pensador que -acaso- mejor lo interpreta.
Para la sorprendida Argentina, país de cultura peronista, instalado en el “fin del mundo”, Francisco adquiere la magnitud de Juan Domingo Perón. Más aún, lo supera.
Así como Perón, en 1973, dejó colgados del pincel a los abnegados jóvenes de la Tendencia que arriesgaron la vida por la causa del regreso, Francisco, en 2014, deja colgados del pincel a los fervorosos antikirchneristas que lo sostuvieron durante la otra resistencia.
Pero aclaremos: ni Perón traicionó a los montoneros (que lo utilizaron de canal), ni Francisco traiciona hoy a los críticos implacables del kirchnerismo (que desanimados creen que Francisco les pertenecía).
El General y El CardenalSon contingencias lógicas de la política clásica. Ya tratadas con lucidez en “Elogio de la traición”, texto medular de dos -cuando no- ensayistas franceses. Denis Jeambar e Ives Roucaute.
Sin embargo no hace falta ningún rigor académico para abordar los atributos de la traición en la historia del peronismo, entendido como sinónimo de sistema político.
El Exégeta justifica y legitima:
“Perón era un grande, y en su ocaso le interesó unir a la Argentina. Pero no pudo lograrlo. Le faltó tiempo. Como estadista tomó la acertada decisión de despojarse de quienes pretendían acelerar una revolución que no sentía. Aunque quebrara dolorosamente las ilusiones de muchos militantes que lo acompañaron, con el supuesto falso de creer que Perón volvía para construir el socialismo”.
“Del liderazgo de El General se pasó al liderazgo de El Cardenal”.
La sentencia se publicó en el portal, en 2006. Cuando Jorge Bergoglio, El Cardenal -el futuro Francisco- derrumbó con firmeza espiritual el proyecto de permanencia de Néstor Kirchner, El Furia. En Misiones. Cuando El Cardenal autorizó, al extinto Obispo Piña, a ampararse en San Miguel Arcángel y luchar contra el mal, que en aquella instancia consistía en oponerse en el plebiscito destinado a permitir la continuidad de Carlos Rovira, el discípulo de Ramón Puerta.
El General y El CardenalDetrás del pretexto Rovira, El Cardenal había advertido que se encontraba la ambiciosa maniobra de El Furia. Para “santacrucificar” la Argentina entera.
Por entonces El Furia mantenía la hegemonía del país en el bolsillo. Sin decirlo, aspiraba a la reelección permanente. Nadie se la podía negar, el empresariado ganaba dinero y estaba a sus pies, mientras la oposición se derruía ante la impotencia generalizada.
Al voltear El Cardenal el ensayo Rovira, nace la candidatura presidencial de La Doctora.
En adelante, El Cardenal pasó a ser el enemigo fundamental de El Furia. O sea del kirchnerismo que se encontraba en pleno esplendor.
Para evitar la voz de El Cardenal, los reclamos tácitos de su presencia inmaculada, La Doctora y El Furia optaron por los senderos del grotesco. Hasta trasladar los festejos del 25 de mayo hacia dispares provincias. Para no escucharlo. Aunque los fastos del 25 aludían al acontecimiento municipal. De Buenos Aires.
Así como El General, en la mítica resistencia, contó con el apoyo de las “formaciones especiales”, que tenían su propia agenda y le facilitaban la utopía del regreso, El Cardenal, en la resistencia del olvido, encontró el apoyo interesado de los peronistas disidentes sueltos. A quienes se les sumaba el gorilismo de ocasión. A los efectos relativamente republicanos de soportar los desbordes ninguneadores del matrimonio poderoso que se disponía a permanecer, en un democrático “cuatro por cuatro”.El General y El Cardenal Cuatro para La Doctora y próximos cuatro para El Furia, al que también le iba a faltar el tiempo. Como al General.
Para colmo, con loas, astucias y mangos, La Doctora y El Furia supieron captaron el apoyo generacional de los sobrevivientes. Los que se sintieron desechados (por El General) en los 70. Los incorporaron, junto a sus descendencias, y con los descendientes de las víctimas, al redituable “relato” de los dos mil.
Por su parte, los peronistas disidentes, desparramados pero con capacidad de daño, se las ingeniaron para tajear la impostura de la frágil argumentación Kirchner-cristinista, que traficaba las desgracias selectivas, utilitarias, con los muertos puntuales que les convenía. Hasta que los disidentes los provocaron con cierta habilidad, con la celebración de José Rucci, otro muerto, pero que al kirchnerismo le convenía olvidar. Dirigente sindical asesinado -pero nunca reconocido- por los Montoneros caricaturales que volvían a tallar.
La misa que se celebró por la memoria de Rucci, en 2007, transcurrió en la Catedral de Buenos Aires. La casa de El Cardenal.

Plano doméstico

Pasada la conmoción, en el plano doméstico, la transformación de El Cardenal en el Papa Francisco, en 2013, pudo ser equiparable al regreso de El General, en 1973.
Dos Jefes del peronismo. Pronto, con algún desenfado, el portal calificó al Vaticano como la nueva Puerta de Hierro (por el nombre de la residencia de El General, en Madrid).
La comparación hoy ya es un lugar común. Se la utiliza para aludir a una instancia superior.
El General y El CardenalYa con El Furia extinto, La Doctora debió tragarse la píldora amarga de la nominación del enemigo como Papa. Golpe intenso que se recibió como un “cross a la mandíbula”, como solía afirmar un inspirado novelista. Mientras ensayaba un monólogo en la colorida kermesse de Tecnópolis.
El desconcierto tormentoso sólo se aplacó, según nuestras fuentes, cuando Eduardo Valdés -próximamente El Nuncio Móvil- logró persuadirla, con un recurso típico de peronismo explícito, acerca de la necesidad política de iniciar una nueva relación con el enemigo. Que era, ahora, el Papa. Y podía llevársela puesta como un echarpe.
Pero lo que menos iba a querer el Papa era pelearse de entrada con la Presidente del país de origen. Como mensaje de garantía, El Nuncio Móvil le propuso a La Doctora que incluyera en su comitiva, para la consagración, a una queridísima amiga del Papa. Una de las tres grandes amigas que tiene. De la magnitud, por ejemplo, de la audaz periodista que había sido ardiente y bella, hoy una dama bien casada. O de la dulce abogada, conductora del influyente “adrianismo”, viuda de un entrañable sindicalista. Y otra eficaz abogada, muy amiga del próximo Nuncio Móvil, que se había jugado por El Cardenal cuando lo atacaba frontalmente el periodista más destructivo. Don Horacio ya le había dedicado un par de libros y demasiadas columnas de domingo. Lo estampaba con la peor imagen. Como un cura colaboracionista. Un exceso.

La contención

El General y El CardenalEntonces, desde que La Doctora le llevó aquel desubicado mate de regalo, se inició una admirable relación con Francisco. El Nuncio Móvil había acertado.
Francisco comenzó la faena de contener a La Doctora, quien disminuida solía ponerse nerviosa ante la imponencia de Su Santidad. La pobre muchacha sexagenaria de Tolosa no sabía cómo comportarse. Se veía torpe. Dependía, en adelante, del enemigo dispuesto a olvidar. Se la hacía fácil.
Los anticristinistas suelen ser, en general, bastante más irascibles e insoportables que los propios cristinistas. Al principio entendían, de mala gana, que el Papa debía mantener una relación amable con la máxima autoridad del gobierno de su país.
Sin embargo pasaban los meses, transcurrían los escarpines de Brasil, los almuerzos de contención en Santa Marta se repetían, se multiplicaban los diálogos telefónicos, y la relación Doctora-Francisco evolucionaba favorablemente. Parecía que hasta acordaban en cuestiones estratégicas. Francisco se transformaba en su pilar sustancial.
“Cuiden a Cristina”, les decía Francisco a los peronistas desopilantes que iban a visitarlo, a los empresarios que iban a sacarse una foto, así fuera en la tanda colectiva de los miércoles. Se volvían con el mismo consejo. “Cuídenla”. Saboreaban, también espiritualmente contenidos, el caramelo de madera, sin siquiera con azúcar impalpable.
Cada día les costaba más aceptar la nueva situación. Pero los anticristinistas virulentos aún interpretaban que el Papa quería ayudarla a llegar, sin aproximarle en ningún momento la línea de llegada. Con su aire espiritual debía llegar a diciembre de 2015.

Último viaje

De todos modos, el desconcierto de los anticristinistas sobrepasó el límite de la desconfianza con las postales cristinistas del último viaje.
Cuando se lo vio a Francisco bastante más gordito pero muy feliz, como un abuelito en navidad. Sonreía con orgullosa ternura, entre la camiseta de La Cámpora, que le obsequiaba el sensible Larroque que enternecía, y los tentadores salamines de Mercedes que le entregaba El Wado, el que se jacta de manejar jueces, como Julián, El Soberbio de Lanús.
El General y El CardenalCon los ojos iluminados de amor, Francisco recibía los regalos. Al cierre del despacho, aún no le llegó dedicado ningún libro de don Horacio.
Mientras tanto, cualquier mortal, creyente o no, ya comprendía que el trabajo de Papa es, en cierto modo, espiritualmente insalubre. Al extremo de tener que escuchar, con el rostro absorto y sereno, que a La Doctora la habían amenazado los terroristas del Estado Islámico. Que los jihadistas tenían deseos de cubrirla con un batón naranja, para arrodillarla, como si fuera una sciolista del montón para ser decapitada.
La cuestión que Francisco estaba cómodo entre tanta euforia cristinista. Para espanto de los anticristinistas que recordaban, en cierto modo, a los nostálgicos muchachos de la Tendencia. Los que sentían, en la Plaza de Mayo de los setenta, que el General los expulsaba por imberbes. Porque le reprochaban, con pucheritos y reclamaciones, que estaba “lleno de gorilas el gobierno popular”.
En adelante, la parábola de El Cardenal y El General puede perfeccionarla el analista más reposado.
Para sintetizar, El Cardenal, con los antikirchneristas que lo sostuvieron, hace algo similar a lo que hizo El General con los montoneros.
Pasarlos al cuarto. Contingencias lícitas de la política. Consagrar el derecho del príncipe a modificarse. Como lo estudiaron Jeambar y Roucaute, en “Elogio de la traición”. Y sin adherir a la idea del Octavo Círculo del Dante, reservado a los traidores en La Divina Comedia.
El Exégeta remata la crónica:
“Aquí no hay espacio para ninguna traición. Francisco es un grande que está más allá, y sólo quiere, como lo quiso El General, el bien de la Argentina. Es el gran estadista que tiene el mundo entre sus competencias, pero que pugna para que el gobierno del país de origen concluya su ciclo con normalidad”.
Carolina Mantegari
para JorgeAsisDigital.com
permitida la reproducción sin citar la fuente.
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La bacinilla de Francisco

La Doctora y Los Bonetistas marchan sobre Puerta de Hierro.

La bacinilla de FranciscoTío Plinio querido,
Para diciembre el problema energético dista de ser grave. La solución es natural. La actividad cayó lo suficiente. Es la ventaja indirecta del desmoronamiento de la economía.
Entonces con la energía que hay alcanza para alumbrarnos a todos (y todas).
Para el cristinismo, tratar un conflicto, implica fomentarlo. No hay manera de salvarse. Ni “razonamiento lateral”, de los que Francisco pondera y recomienda.
Tratarlos significa avalar los alborotos que se vienen en las vísperas del verano. Las protestas irremediables de ciudadanos de pantalón corto y ojotas. Enojados por los cortes de electricidad que, en el fondo, no van a suceder. Es la suerte de convivir con la estanflación. Inflación más recesión. Estancamiento.

El diciembre de Harry

Ante cualquier problema, La Doctora suele recurrir a las enseñanzas de El Furia. Antes que la solución debe encontrarse siempre un culpable.
Primero fueron los fatídicos 90. Después, hasta un olvidado 7 de diciembre, fue Clarín. Pudo ser también Duhalde, el fantasma selectivo que los catapultó. Ahora son los buitres de Griesa. Y providencialmente aparece Kevin Sullivan, diseñado como un potencial Spruille Braden, en gestación.
La modalidad prospera. Porque el hallazgo último consiste en encontrar al culpable con anticipación. Antes que el problema anunciado se produzca.
La bacinilla de FranciscoEs el diciembre de Luisito Barrionuevo. Harry, como lo apodaba Triacca.
Aunque Harry, esta vez, ni siquiera se fue de boca. Rutinas del ejercicio transgresor de la palabra. Apenas le planteó a Clara Mariño (que se imponía en rating a Intratables, A dos voces y a Sylvestre) lo que cualquier desdichado sabe y teme. El alboroto habitual de los diciembres.
Ahora se descuenta que lo que se viene es por culpa de Harry. Si en diciembre se producen alborotos, por despidos o hartazgos, o si se arma algún saqueo, el instigador es siempre Harry. Barrionuevo.

La utopía de durar

A diario, tío Plinio querido, en cualquier parte, brota la pregunta. ¿Dura?
¿Usted cree que esto, así como va, puede llegar a diciembre de 2015? Por más que Francisco invierta voluntad y rezos en la utopía de durar.
Pasa que La Doctora twitea sin la menor credibilidad. Rodeada por los incondicionales que se fanatizan. Aplaudidores entusiastas que pronto tendrán que salir a pasear con pasamontañas.
La bacinilla de FranciscoPasa que La Doctora ya no puede aportar ninguna solución. Es parte sustancial del problema. De la mano de Kicillof, El Gótico que la obedece, va camino del foso.
Por más que Francisco les pida a los desopilantes argentinos que se obstinen en cuidarla. Por más que la reciba con almuerzos bimensuales. Y prosiga con el envío de las cartas conmovedoras, por intermedio de Eduardo Valdés, El Nuncio Móvil. Conductor virtual de la línea Bonetista. Una escuadra mística que integra Domínguez, El Lindo Julián, con Gaby Mariotto, El Pesado de Llavallol, Morenito, El Napia que Vuelve, y Maradona.
Por más invocaciones y eucaristías de Francisco, hoy cualquier pagador de sueldos acepta, en respetado off, que en tanto sigan La Doctora y El Gótico, a la Argentina no va a llegar una moneda.
“Nadie va a traer un p… dólar”, nos dijo un empresario asustado. Extranjero. Cabrero porque tampoco se puede llevar ningún p… dólar.

En el pozo y con pedanterías

La bacinilla de FranciscoHay declinación, sí, pero con arrogancia. En el pozo pero con pedanterías y desplantes.
Persiste la decadencia paulatina. De acuerdo, pero con ambiciones de ejemplaridad.
La agonía, aparte, tío Plinio querido, también es cierta, pero desafiante.
Trátase de una agonía guapa, casi pendenciera.
Muestras de simulada fortaleza en medio de la colectiva fragilidad.
Simples ideas para sintetizar el momento actual del país durante el ocaso del viento de cola. Con Fábrega, El Sensato Marginal, que ya no sabe cómo retener los dólares que quedan mientras la soja cae a 360. De todos modos, el cristinismo busca siempre culpables. Detecta las conspiraciones más sublimes, perfectas. En el esplendor de la paranoia son portadores de una audacia tan enternecedora como admirable.
La Doctora y Los Bonetistas se toparán con esta carta cuando lleguen a Roma. Para la marcha frecuente hacia la nueva Puerta de Hierro.
El Vaticano es la primera escala de la cruzada multilateral. Porque Argentina va a sepultarse en el grotesco de Naciones Unidas. A someterse al desgaste del pedaleo inter-sesional.
La bacinilla de FranciscoLa Doctora va a pedirle a Francisco la metafórica bacinilla. En la búsqueda del viento espiritual del santo. Alguien que es más peronista que ella pero que actúa en otra categoría, con el mundo como competencia, con incomparable profundidad de campo. Pero en simultáneo un Guardián que quiere ayudarla a sobrepasar el diciembre de Harry y hasta llegar al diciembre de 2015. Aunque no haya nadie que quiera impedírselo. Sólo La Doctora está trabada por la propia incapacidad. Nadie tiene el menor interés en rajarla.
Es por sus propios atributos que La Doctora roza la lona. Con el país puesto de sombrero, y con su comportamiento para tratar con la homeopatía. O la medicina elementalmente clínica.
Mientras tanto, los muchachos de La Cámpora reinstalan, desde La Paternal, la ficción de su supremacía imbatible.

Galletita amarga

La Cámpora es, en la práctica, tío Plinio querido, lo único políticamente vivo que le queda al cristinismo.
Son los que sostienen el desvencijado relato. Surrealismo o realismo mágico que impulsa la Revolución Imaginaria. Junto a una colección de Buscapinas sueltos que se aferran a los puestos y a los medios de comunicación. Y que cuentan con la impotencia colaboracionista del PJV. Partido Justicialista Vegetal.
Certifican con convicción que, de ser La Doctora de nuevo candidata, nadie estaría en condiciones de competirle.
Una galletita amarga que Macri, El Niño Cincuentón, se come en silencio. Sin rebatirla. Como si la dejara pasar. Como la come también Massa, El Renovador de la Permanencia, que sabe que ese fantasma se desvaneció el 27 de octubre del año pasado. Galletita que soporta el mismo Cobos, El Malvinero Sentimental, que la padeció durante tres años. Y hasta De la Sota, El Cordobés Profesional, al que quisieron cargarse el último diciembre. Es el único que podría ensayar una impostura peronista, que no sea vegetal.
La bacinilla de FranciscoLa cuestión que, en términos políticos, el cristinismo hoy cuenta las monedas para comprarse un pancho. Pero mientras tanto se atreve a juzgar la carta de La Tour d’Argent. O del Oviedo.
Son verdaderos maestros en el arte de tergiversar. De mandarla cambiada. Otra prueba de la vieja teoría del Portal. Indica que van siempre al frente. Con la iniciativa capturada y con el único glóbulo rojo que les queda. Cuando se frenan es sólo para tomar envión.

Final con la pecadora arrepentida

Desde el descenso del default (al que se ingresó por exclusiva decisión política), La Doctora pasa a la ofensiva oral. Hasta marcar la condición de proscripta.
Sin que importe el desaire explícito hacia el abanico de voluntariosos candidatos que se postulan para defender los trapos del modelo para tirar.
Desde el natural Scioli, Líder de la Línea Aire y Sol, El Esmerilado, hasta Urribarri, El Padre del Marcador. O Randazzo, El Loco de la Florería. También comen la galleta amarga del desaire. Urribarri se muestra como el más leal. Como si sobreactuara.
Pero La Doctora es la gran y única estrella. Trata a los postulantes como si fueran meros personajes de reparto. Extras que hacen “bolos” en la filmación.
Protagonistas austeros del banco de suplentes. Salen a jugar sólo cuando La Doctora tiene imposibilidad electoral.
Lo importante es que los cristinistas se las ingenian siempre para cambiar el eje. Para ocultar que la marcha hacia la Puerta de Hierro, de La Doctora y Los Bonetistas, es para suplicar por la bacinilla de Francisco.
Por el aire espiritual que debe ayudarla para continuar. Sin que nadie le aproxime la línea de llegada. Para que el final esté más cerca.
La bacinilla de FranciscoDígale a tía Edelma que indague, en el Evangelio según San Lucas, sobre la parábola de “La Pecadora Arrepentida”. En casa del fariseo que almuerza con Jesús.
Cuando la pecadora llega “con un frasco de alabastro con perfume, se pone detrás de Jesús, y comienza a llorar. Con las lágrimas bañaba sus pies”.
Dígale a tía Edelma que se anote para recibir el servicio diario de Catholic.net. Por internet.
En su compu. A la mañana. Mensaje de Dios.
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lunes, 15 de septiembre de 2014

MAXIMO Y SU CIRCUNSTANCIA

Demostración de fuerzas de La Cámpora  


sobre informe de Consultora Oximoron
Redacción Final
Carolina Mantegari
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Introducción



Kirchnerismo y cristinismo
             
                 Aunque no se puedan analizar separadamente, el kirchnerismo tiene alguna diferencia proverbial con el cristinismo.
                 Kirchner, El Furia, conquistó la hegemonía y gobernó -reiteramos- con el apoyo sustancial de Hugo Moyano, El Charol, y la complacencia de Héctor Magnetto, El Beto. Y con la bendición del “viento de cola”. La soja.
                  Poco después de la muerte (irresponsable) de El Furia, ya La Doctora no contaba con ninguno de los dos apoyos primordiales. Sólo con la persistencia de la soja.
                  Fue El Furia quien encaró la guerra perdida que La Doctora supo empeorar después. Moyano, en cambio, dilató la mala relación un tiempo más.             
                  Sin los pilares fundamentales, La Doctora prefirió gobernar con conjunción de incondicionales que la sostuvieron.
                  Buscapinas de “Unidos y Organizados”, y sobre todo lo que aquí se llamó La (Agencia de Colocaciones) Cámpora. A quienes se aferraron los tecnócratas de Tontos pero no Tanto (banda de Kicillof, El Gótico).
                  Con el aval de La Doctora, La Agencia impregnó de militantes la casi totalidad de resortes del estado. Para “mojar” salarios, se calcula que ingresaron entre 7 y 10 mil camporistas, al menos transitorios.
                   Al cierre del informe, no se registró ningún intento de revisar minuciosamente los múltiples ingresos. Una herencia envenenada que no parece interesarle a ninguno de los tres eventuales sucesores que aparecen en pantalla.

                                                     

                                                          Osiris Alonso D' Amomio
                                                          Director/ Consultora Oximoron


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                  El default deseado   

                   Para llegar hasta aquí, a la agonía petulante y hasta ambiciosa, La Doctora contó con la ayuda parasitaria del Partido Justicialista Vegetal.
                  Son los restos tristes del ex Movimiento, hoy estancado, melancólico y lateral. Gerenciado (una manera de decir) por gobernadores culposos que cobran y callan. Se compadecen temerosamente entre ellos mientras comienzan a percibir los trozos de mampostería que se caen del “proyecto”.
                   Los “temerosos” temen por el destino de sus territorios. Distraídos detrás de la conducción (inexistente y supuesta) de La Doctora. Los arrastró hacia el descenso del default. Pesadilla que perfectamente pudo haberse evitado.
                   Aún La Doctora no brindó las explicaciones que el portal le reclama. Tampoco las brindó al parlamento, ni –en especial- al pueblo. Por haber demolido el acuerdo de los banqueros privados con los llamados “buitres”. Fue una decisión personal, un default deseado que se tratará en próximos libros de historia.
                  Cuando estaba resuelto el litigio. Y cuando Juan Carlos Fábrega, El Sensato Marginal, había girado los respectivos 200 millones de dólares de la garantía. Mientras Kicillof también estaba conforme con la decisión de pagar. Aunque el técnico está para fundamentar ideológicamente lo que le indiquen. La instrucción que le remitan.
                  En medio de la epopeya trucha, y aún antes de concretar el próximo papelón de la cruzada heroica en las Naciones Unidas, aquí debe confirmarse que Argentina se fue al descenso del default porque La Doctora lo prefirió. Fue, según nuestras fuentes, su deseo. Razones de la política que la historia juzgará, por la impotencia conceptual de los protagonistas del presente.
                  Que conste. Que quede escrito antes que La Doctora vaya a recargarse con el aire espiritual del misericordioso Papa Envuelto.
                  En su estilo envolvente, el cristinismo ya no envuelve exclusivamente a los opositores envueltos. Envuelve, además, al Papa. Un bienintencionado que incinera su prestigio para que La Doctora llegue, con su aire, hasta el final. Sin que nadie le aproxime la línea de llegada.
                  En semejante marco circunstancial debe interpretarse la magnífica demostración de fuerzas de La Cámpora, que sale en auxilio de La Doctora y saca su carta clave. Para producir el bautismo político de Máximo Kirchner, En el Nombre del Hijo.


                  El bautismo

                Hasta la tarde nublada del sábado en Argentinos Juniors, Máximo portaba la ventaja nada menor del misterio que se generó alrededor de su figura.
                  Vocacionalmente “imperfecto”, En el Nombre del Hijo exhibió sus condiciones adquiridas para dirigirse a la multitud favorable de camporistas emocionados. Los compañeros incondicionales que lo “bautizaban”. Con un discurso técnicamente maniqueo que hacía lagrimear a muchachones tiernos y sensibles, como Larroque y Ottavis.
                  Un discurso simple, previsible y pobre, pero emitido con sincero énfasis. Plagado de pausas programadas, de amagues de quiebres, de tergiversaciones tanto históricas como del presente.
                  Pero con una tonalidad acertada. Con la adopción de cáscaras caricaturales que evocaban la figura del padre. Al que aspira a emular, así sea de manera tácita.
                  Significa confirmar que,con el bautismo de Máximo comienza otro capítulo de la historia del clan Kirchner. La política familiar, la cuestión del poder como un tema doméstico.
                   Una saga que proseguirá estudiándose en los seminarios privados del Portal. A pesar de las descalificaciones de los detractores kirchnerizados, la saga confirma una cierta continuidad.
                   Brota la persistencia del heredero. En el plano inmediato, el bautismo dejó una lección que la ceguera anticristinista no debiera negar. Ni menoscabar. Indica que el kirchner-cristinismo está vivo. Que estos muchachos, pese a la debacle profundizada, aún no se entregan. Generan los acontecimientos que garantizan el mantenimiento de la iniciativa, mientras el opositor, absolutamente kirchnerizado, se entretiene con la faena inútil, frontalmente gorila, de criticarlos. O peor aún, negarlos.


                  La producción de acontecimientos

                  Correspondía, acaso, que Sergio Massa, El titular de la Franja de Massa, produjera otra demostración de fuerzas. Disipada ya la proeza electoral de octubre de 2013. 
                  Pese a la monotonía de las operaciones para bajarlo, Massa continua al frente, en cualquier sondeo respetable.
                  O correspondía, acaso, que la demostración fuera de Daniel Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol. Es el sucesor natural que mejor les “mide” al cristinismo que le desconfía y lo rechaza. Aunque en el sermón de Máximo no se hizo acreedor a ninguna mención.
                  A pesar del esmerilamiento serial, y a las intenciones permanentes de bajarlo, Scioli también se mantiene, con una contradicción estructural que se simula con su ideología vitalista, y con el optimismo que dilata el choque. .
                  O le correspondía, por último, hacer la demostración de fuerza a Mauricio Macri, El Niño Cincuentón, aunque la demuestre a diario.
                  Es quien tiene los planetas más alineados. Pero un estadio de fútbol tiene poco que ver con la estética que impulsa el macricaputismo. Aunque haya presidido Boca.
                  Lo cierto es que el cristinismo, con la producción de acontecimientos, vuelve a la carga. Se detiene sólo para tomar envión. Va siempre. Produce los acontecimientos con lo que tiene, que no es poco, el manejo del estado en primer lugar. Marca hechos.
                  Pero Máximo e
stropea su saludable bautismo para brindar un título fácil para los diarios del domingo. Instala
la utopía de la re/reelección de La Doctora. La idea de la superioridad, que utiliza La Cámpora para –en cierto modo- despedirla. 

                  La convicción con que Máximo emite su verdad es forzada, pero aceptable. Cualquier académico del teatro, formado con el rigor de Stanislavsky, le creería. Aunque se trate de una verdad excesivamente manipulada,tergiversada y bastante –cabe consignarlo- ingenua. Típica expresión de una política equivocada que se inspira en los mitos inventados. Producidos. Como los acontecimientos.
                  De todos modos costará, en adelante, subestimar a La Agencia de Colocaciones. Reducirla o negarla. Se transformó, a partir de los agravios, en un lugar de militancia juvenil,  ideal para contener la tendencia a la rebeldía de sectores esclarecidos de las capas medias. Espacio que el cristinismo comparte, en la actualidad, con el Partido Obrero. Pero es tema de otro informe.

                                                  


                                                                   Carolina Mantegari
                                      informe Oximoron/Redacción final
                                  permitida la reproducción sin citar la fuente            

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viernes, 12 de septiembre de 2014

El antimperialismo bipolar

Con la sensatez marginal de Fábrega y el aire espiritual del Papa Francisco.

El antimperialismo bipolarTío Plinio querido,
La estrategia dual es bastante inteligente y nada improvisada.
A La Doctora le permite mantener la iniciativa. La tensión de la centralidad.
La táctica es contradictoria. Dos vertientes signadas por el antagonismo.
Una manera, casi obvia, de la bipolaridad.
Según nuestras fuentes, La Doctora no come vidrio y está decidida a arreglar. Desesperada por acordar. tío Plinio querido, con los “holdouts”.
Los tenedores de bonos que se prefieren llamar buitres. Como si fuéramos carroña, confirma López Murphy, El Gato (que se hace el bulldog).
Para que la realidad no se la lleve puesta, La Doctora quiere cerrar el acuerdo durante el primer trimestre de 2015. Sin los riesgos, candorosamente sobrevalorados, de la cláusula RUFO.
Aparte del aire espiritual que suele aportar el Papa Francisco, para llegar a 2015 La Doctora necesita sobrevivir al fatídico diciembre anunciado.
Diciembre se le viene encima a la sociedad. La Doctora lo advierte, asusta con la matiné de Luisito Barrionuevo, Harry (como lo llamaba Triaca).
La pobre teme las conspiraciones que le armen desde “arriba”. Pero por no comer vidrio sabe que debe fortalecerse ante los riesgos del “abajo”.
En simultáneo, La Doctora estimula la explotación del beneficio adolescente de pelearse, tío Plinio querido, con los Estados Unidos. El sueño postergado de Zannini, El Cenador.
Una actitud que despierta adhesiones fáciles. Apoyos retóricos entre los nacionalistas desconcertados del “adentro”. Y de los abundantes antimperialistas sueltos del “afuera”. Ambos están a la pesca inocente de las causas perdidas que aporten la reconfortante chapa de la rebeldía. Arrebatos orales que cesan en cuanto se pronuncian.
El antimperialismo bipolarEl sentimiento antinorteamericano es intenso y efectivo. Nutre. ¿A quién no le gusta pelearse, tío Plinio querido, con los norteamericanos solitarios?
Combinan la máxima potencia militar con la llamativa incapacidad política.
Para simplificar: a La Doctora le fascina pelearse con quien quiere que la acepte.
Anhela ser recibida en la Casa Blanca. Con la pompa que se lo recibió a Carlos Menem. Cuando al argentino le bastaba, para ingresar a Miami o Nueva York, con un registro vencido de conductor.
Pero como también se lo recibió a Kirchner, El Furia, sin pompa. Cuando le puso la manito en la rodilla a Bush. Antes de organizarle la antológica contra-cumbre de Mar del Plata. Con D’Elía, Chavez y Maradona.
O como Obama, El Keniano, lo recibió a Mujica, El Minguito Oriental. O a cualquier presidente del vecindario.
La invitación a la Casa Blanca fue la instrucción prioritaria que se les bajó al menos a dos embajadores. Conseguir la básica visita de estado. Pese a los tijeretazos del canciller Timerman, el funcionario que dio más por La Doctora. Ofrendó, incluso, hasta su identidad.

Méritos

Mire que ella, antes de ponerse el casco oral, se esmeró en la etapa de los méritos. Entre los billetazos limpios para el CIADI. Con los billetazos humillantes por la catástrofe de Repsol.
Con decirle que Kicillof, El Gótico, es un ponedor compulsivo. Puso dos mil novecientos palos de más para el Club de París. Le puso el pecho y las nalgas a todos los punitorios. Es el negociador ideal para tenerlo de contraparte.
De no haber querido hacer tantos méritos para congraciarse con los mercados, antes de lanzarse a la rareza del antimperialismo bipolar, nadie puede explicarse, tío Plinio querido, que se haya contratado al lawyer Paul Clement. Por indicación de otro revolucionario como George Soros.
El antimperialismo bipolarClement de Soros vendría a ser algo así como el Cinosi de Zannini. Traficaba influencias entre los miembros republicanos de la Corte. La Doctora ponía para seducir a los republicanos. Descontaba que la Corte de los Estados Unidos debía aceptar el “caso argentino”. Para pedalear a los malditos buitres durante algún año más.
La alucinación permitió que La Doctora, El Cenador, Máximo, En el Nombre del Hijo, El Gótico y El Wado durmieran un año de siesta irresponsable.
Un infantilismo inspirado en la sublime pasión por la incompetencia. En la rutina de la mala praxis que genera buracos sólo solucionables con la improvisación. Con la búsqueda de culpables fáciles para salir del paso. Sea Clarín, Duhalde o Barrionuevo, los culpables siempre se consiguen en la feria. Cuando se porta el virus de sentirse víctima.

Banda de banqueros

Tampoco se explica que Zannini, El Cenador, cordobés que se anota solo para ganador, haya enviado a Nueva York, para la rosca con “los buitres”, al legítimo Cinosi.
Conste que El Cenador envió al Cinosi auténtico, ninguna imitación. Para incorporarlo a la banda de banqueros que reclutaba Fábrega, El Sensato Marginal. Por pedido de La Doctora.
Y cuando el litigio de cartón estaba a punto de resolverse brotó el amateurismo demoledor de El Gótico.
“¿Por qué tiraste abajo todo?”, le preguntó El Sensato Marginal.
“Si total el acuerdo está firmado”, respondió El Gótico.
“No está firmado un c… recién giré los 200 palos de la garantía”.
El antimperialismo bipolarEl Gótico había salido de la oficina de Pollack con los pulgares eufóricos hacia arriba. Con el aval de La Doctora pretendía embocar justamente a los banqueros. A los “que fuman adentro de una garrafa”.
Consta que hoy, hasta Oviedo, el analista bien informado de La Nación, trata de explicarse por qué demonios Kicillof y La Doctora hicieron explotar el acuerdo que generaron.
La respuesta hay que buscarla entre los cruces telefónicos que jamás va a divulgarlos el general Milani, Irresistible Seductor de Sexagenarias.
¿Acaso fue la precipitación de Cinosi para contar, desde el aeropuerto de Nueva York, y por celular, al Cenador, que ya estaba todo listo?
¿Precipitación que El Cenador le trasladó a La Doctora. Y ella a El Gótico?
Podían garcar tranquilos a la banda de banqueros que pretendían aparecer, en la estampita, como Castelli, French y Berutti, o San Martín.
Entonces El Gótico soltó la lengua en la Sierra Maestra del consulado. Un bochorno universitario de ciudad pobre que permitió desembocar en la valentía del malentendido. En el antimperialismo bipolar.
Ya sin contar, para la cruzada, con el contratado Clement de Soros. Ni siquiera con el Cinosi de Zannini.

La manuela del antimperialismo

Por una vertiente, La Doctora busca la manera de arreglar con los mercados europeos, tío Plinio querido, y con los chinos, a través de El Sensato Marginal.
Desde Basilea, donde arregló con los chinos por el swap para las reservas, Fábrega tuvo que irse a la China, por orden de La Doctora, para salvar la ropa del viaje inútil que hicieron a China De Vido, El Ex Superministro, El Gótico y Gallucio, El Mejor Sobrino de la Tía Doris.
Mangar fondos chinos para los trenes de Randazzo, El Loco de la Florería. Reclamar los fondos chinos para las represas anunciadas de Santa Cruz (La Doctora sólo podrá irse cuando las obras estén comenzadas y se cumpla el sueño de los socios. El Furia y Lázaro, El Resucitado).
El antimperialismo bipolarAhora cambiar a los americanos o europeos por los chinos, tío Plinio querido, no es ningún salto al vacío. Es apenas un error.
Pese a tantos restaurantes, aquí ni se tiene idea del sabor del dominio chino.
Indagar en el continente que se adueñaron. África.
Por la otra vertiente, se prepara la cruzada que sepulta a la Argentina en el grotesco.
La epopeya de trasladar el “marco legal”, del personal drama “buitres”, hacia el universo. En la OEA, la FIFA, ahora en la plenaria de la Asamblea de Naciones Unidas.
Cualquier burócrata, avivado a fuerza de “proyectos de resolución”, sabe pedalear el tratamiento, en el foro de la ONU, durante años. Enfriarlo hasta la extinción.
Para reconocer la importancia del planteo y remitirlo a las cancillerías. Para ser discutido en la reunión del próximo año, mientras se da conocimiento de la iniciativa al Banco Mundial, al Fondo Monetario Internacional. Escenarios exclusivos de la batalla real.
Por el momento, la manuela del antimperialismo bipolar sirve. El fracaso, tío Plinio querido, garpa. Es una virtud. En la antesala del papelón.
Se cuenta con el aire espiritual del Papa. Con una ley soberanamente absurda, pero que mantiene indemne el costado ilusorio, combativo e idealista.
Garantiza algunos días próximos de formidable vulgaridad institucional. Con la captación de las solidaridades inútiles en los lugares equivocados.
El antimperialismo bipolarDígale a tía Edelma que Francisco es también Rata de Fuego. De 1936.
Como es Rata de Fuego también la Argentina, de 1816.
Dígale a tía Edelma que no olvide que, en astrología china, las identidades se repiten cada 60 años.
Cuéntele que el Año del Caballo es antagónico para las Ratas.
Hay que cuidar mucho a las Ratas Viejas. Alertarlas para que hagan menos macanas.
Y por último dígale algo que la va a alegrar. Estamos en negociaciones con Medea. Va a encargarse de un blog, separado del portal, pero unido por un link.
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