domingo, 4 de noviembre de 2012

CRISTINA Y EL NOVIEMBRE MAS CRUEL

Lo único vivo del kirchnerismo  es Néstor, El Furia. Y está muerto.

escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial
para JorgeAsísDigital


Noviembre cruel. Se le viene, a Nuestra César, el 8-N internacional. 

La ola viral arranca desde Sydney, Australia. Va a extenderse por llamativas ciudades de Canadá. Envolverá Madrid y Barcelona. París y Nueva York. Explicablemente va a cubrir Miami y Caracas. Para entusiasmo compartido de los anticastristas, los antichavistas y los anticristinistas. Hasta concentrarse, por la noche, en el obelisco. Y simultáneamente en Rosario y en Córdoba. Y en las plazas centrales de los pueblos donde brota, como la soja, el mercado inagotable de la indignación. La materia prima del hartazgo.


Para el cristinismo acosado, el 8-N va a ser otro insulto, como el del 13-S. Se preparan, con relativa inteligencia, para menoscabarlo.
Para la oposición es aún más grave. Se le impone otro desafío.

¿Cómo aprovechar el desencanto de los cientos de miles que opositan, si ni siquiera se fijan en ellos?

Y a “los sigilosos programadores de la espontaneidad”, como se los llamó aquí en “El 7-D depende del 8-N”, (http://www.jorgeasisdigital.com/2012/10/19/el-7-d-depende-del-8-n/) les ronda una preocupación similar a la que se planteaba Lenin. “¿Qué hacer?” 
Después. El 9. A la hora del balance, acerca del fenómeno que los superó.
La respuesta la debe la “mesa chica” de Los 12.
Sobre todo la “mesa ratona”. De Los 4.


La ola viral-sindical 


Pero también se le viene, a Nuestra César, en el noviembre más cruel, el 20-N. Poco tiene que envidiarle el 20-N al 8-N. 
Cuando la pobre padezca la primera huelga general. Declarada, precisamente, por dos de las organizaciones gremiales que se aferran a la superstición del peronismo.
Es la ideología de los luchadores pragmáticos. Los que debieran sostenerla.

Movimiento paralizado del que Nuestra César quiere, en el fondo, desprenderse. A los efectos de promover la insuficiente incondicionalidad del colectivo Unidos y Organizados.
Es el amontonamiento de sellos que sólo pueden ofrecerle lealtad. A cambio de presupuestos y de puestos.
De privilegios que atormentan a los peronistas con territorio que persisten, más o menos fieles.
Se encuentran en contacto permanente, en estado de asamblea. Con comunicaciones lógicas, políticas y culturales. Con los “compañeros” que van al frente y paran.
Y rigurosamente preocupados –los peronistas con territorio- por las movilizaciones del desprecio que hoy hostigan a Nuestra César. De gente que quiere, en el fondo, creer. En algo.
En poco tiempo, el hostigamiento los va a incluir.

“¿Cuánto suponés que falta para que empiecen a insultarte a vos?”.
La Garganta se lo dijo al gobernador leal que se resiste, admirablemente, al momento del salto.
O a la toma -razonable- de distancia.

La huelga peronista, contra el gobierno que llegó al poder desde la superstición del peronismo, es la lógica consecuencia del último error de Nuestra César. Algo que El Furia nunca se hubiera permitido.
Distanciarse de Hugo Moyano, El Charol.
A El Charol que había que odiarlo. Entretenerlo. Hacerle mantenimiento, aunque fuera caro.
Pero debía estar siempre adentro. Controlado.

“Inquieta el acercamiento entre Barrionuevo y Moyano” confirma la Garganta.
“Pero no te confundas, la bala de plata la tiene Caló, en la recámara.
“¿O te parece que, llegado el momento, El Centauro, El Negro o El Gitano van a tener contemplaciones?”.
“Se dedican a empaquetar gobiernos, desde que estaban en el Moisés”.

El descontento, la ola viral-sindical, también se extiende en el noviembre cruel. Unifica el 8-N con el 20-N.

Aire de El Muerto

Nuestra César se encierra en el laberinto.
Pero le brota, como réplica, una alegría. Trae bocanadas de aire artificial.
Es la programada evocación de Néstor.
Para imponer, en el auxilio, las migajas oxigenantes de épica. Multiplicadas por la cordillera de medios oficialistas.
Aire de El Muerto. A través del estreno anunciado del film dedicado a tergiversar, ostensiblemente, su trayectoria. 

A los efectos de presentarlo como protagonista heroico de la epopeya idílica. Signó, indudablemente, la década.
El único que mantiene, en el fondo, un poco de vida, en el kirchnerismo, es Néstor, El Furia.
Pero está -una lástima- muerto.



Empate salomónico

Mientras tanto, en el noviembre más cruel, Nuestra César radicaliza la desmesura del avance sobre Clarín. Sin contar con la sensatez de aproximarse a alguna puerta de salida.
Se aguarda la legitimación del per saltum. Para pesar de los miembros “cascoteados” de la Corte.
La causa se trata en el Juzgado Civil y Comercial Federal 1. A cargo del conveniente juez Alfonso. Pero sólo después de haber rifado la trayectoria del juez Tetamanti, quien planificaba, según nuestras fuentes, dictaminar curiosamente a favor del gobierno. Por criterio. Dar la luz verde para la constitucionalidad del célebre artículo 161.
Es el que impugnó Clarín, que logró la cautelar que pretende extender. Por otro año de franela.
Por desconocimiento, los improvisados sin información extorsionaron mal al pobre juez Tetamanti.
Los arrebatados prosiguieron con la ceremonia de degüello de distintos camaristas. Ante el estupor de la sociedad hastiada.

Aquí brinda atisbos de lástima, también, el ministro Julio Alak. Porque rifa su promisoria trayectoria en la batalla menos relevante.
Hoy Alak, en la puja monótona, abierta, con el Niño Julián, su segundo, debe esmerarse en el desgaste de las llamadas telefónicas y los aprietes olvidables.

Por ejemplo se comunicó con el doctor Ricardo Lorenzetti. El presidente de la Suprema Corte, apodado Paniagua II.
Acaso Lorenzetti mantenga, secretamente, preparado el traje azul. Porque está instalado que, como consecuencia de tanta mala praxis, por todas partes se habla, acaso a su pesar, de él.
Para reiterar, acaso, el rol de Valentín Paniagua, el “presidente transitorio” de Perú (ampliaremos).

Cuentan que Alak llamó a Lorenzetti cuando trascendió la vigente teoría del empate salomónico. (Aportada, según las vertientes, por Paniagua II).

El empate salomónico consiste en declarar la constitucionalidad del artículo 161 -con lo cual gana el gobierno-, pero con otro año más de pedaleo gracioso, que favorece la estrategia de Clarín.
El salomonismo es, en todo caso, una derrota para Nuestra César. Que se dispone, según nuestras fuentes, ya sin otra alternativa, a la medida suicidaría de intervenir Cablevisión.
Por decreto. Como si Cablevisión fuera una YPF del montón. La arbitrariedad desataría otro aluvión de nuevas causas.

Para satisfacer “el deseo imaginario del cristinismo” –como diría Sebrelli-, Nuestra César necesita que el juez Alfonso falle a su favor. Pero que falle aceleradamente. Sin tomarse, siquiera, quince días para hojear la causa. Ni foguearse en la magnitud del expediente. Y que el Per Saltum sea ley en la semana. Para que el caso pase, por elevación, hacia la Corte. Sin arriesgarse al pudor de la Cámara puenteada. Y sin calcular que la Corte pueda devolverle, en un desplante, el caso. O sorprenderla. Con otro “No Positivo”.

De todos modos, aunque del laberinto no aparezca aún la salida honorable, trasciende, según nuestras fuentes, que Cablevisión no se va a intervenir, manu militari, en diciembre.
Será, en todo caso, en enero.
Con la justicia de feria. Y con los héroes vocacionales, los dadores voluntarios de solidaridad -en condiciones de ofrendarse por el Grupo Clarín- neutralizados.
Entre ojotas y bronceadores. En la playita. 


Oberdán Rocamora
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